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    Cómo ha cambiado la blefaroplastia: de quitar mucha grasa del ojo a equilibrar volúmenes para lograr un párpado natural

    • El doctor Pepe Mallent, cirujano estético de la clínica Ribera Mestalla, explica los avances en esta técnica quirúrgica, que se realiza con anestesia local asistida y en los quirófanos del hospital Ribera IMSKE para mayor comodidad y seguridad del paciente
    • Recuerda la importancia de valorar cada caso de forma personalizada y los buenos resultados de la intervención, incluida la “sutileza” de las cicatrices, ocultas bajo el pliegue natural del ojo en el párpado superior y debajo de las pestañas en el inferior

    La blefaroplastia es una intervención quirúrgica cada vez más demandada por pacientes que buscan rejuvenecer su mirada sin alterar su expresión natural. “Consiste básicamente en eliminar el exceso de piel y grasa del párpado superior, devolviendo al ojo un aspecto más juvenil y descansado”, explica el doctor Pepe Mallent, cirujano plástico de la clínica Ribera Mestalla. En el párpado inferior, añade, “el objetivo es eliminar las clásicas ojeras o acúmulos de grasa, que dan al rostro un aire envejecido o de cansancio”.

    Según este especialista con más de 30 años de experiencia, existen diferentes técnicas para abordar esta cirugía, desde las más tradicionales hasta otras menos invasivas. “Habitualmente las combinamos, siempre con la intención de lograr un resultado natural y armónico, en el que no se note que el paciente ha sido intervenido”, asegura el doctor Mallent. “En el caso de los párpados, esto es especialmente importante, ya que cualquier cambio artificial puede modificar la expresión o incluso dar una apariencia de susto o rigidez que no buscamos en absoluto”, explica.

    Uno de los aspectos que más valoran los pacientes es la sutileza de las cicatrices. “En el párpado superior, la incisión queda oculta en el pliegue natural del ojo y la extendemos hacia la cola de la ceja para realzar la mirada”, señala el cirujano. “En el párpado inferior, podemos hacerlo justo por debajo de las pestañas —con una cicatriz prácticamente invisible— o incluso por dentro de la conjuntiva, lo que deja la piel intacta”.

    El enfoque actual de esta intervención ha cambiado respecto a décadas pasadas. “Antes se pensaba que cuanta más grasa se retiraba alrededor del ojo era mejor. Pero eso podía dejar miradas vacías o cadavéricas”, recuerda el doctor Mallent. “Hoy buscamos equilibrar volúmenes y devolver al párpado su forma natural y juvenil”, asegura.

    La intervención se realiza con anestesia local asistida, siempre en quirófano, en este caso en el hospital Ribera IMSKE, y bajo control del equipo anestesiólogo. “Aunque técnicamente podría hacerse en consulta, preferimos la máxima seguridad y confort para el paciente”, indica el doctor Mallent. El postoperatorio incluye la aplicación de frío local para reducir la inflamación y, en la mayoría de los casos, el alta se da el mismo día.

    Además de las técnicas quirúrgicas, se pueden combinar tratamientos de medicina estética. “Utilizamos toxina botulínica para suavizar las patas de gallo, que son reflejo de contracciones musculares. No buscamos eliminar por completo estas líneas, sino suavizarlas para lograr un efecto más fresco y natural”, detalla el especialista.

    El doctor Mallent subraya que no existen contraindicaciones formales, pero es esencial valorar cada caso con un profesional de confianza y, sobre todo, que busque resultados naturales. “A partir de los 35 o 40 años, muchas personas comienzan a notar un exceso de piel en el párpado superior, y son buenos candidatos para la intervención. Pero lo fundamental es realizar una primera consulta para definir el tratamiento más adecuado”, explica.

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