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    Angina de pecho: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

    La angina de pecho es una de las manifestaciones más comunes de la cardiopatía isquémica, una enfermedad que aparece cuando el corazón no recibe suficiente sangre rica en oxígeno debido a un estrechamiento u obstrucción de las arterias coronarias.

    Se trata de un dolor o presión en el pecho que puede irradiarse hacia el cuello, la mandíbula, el brazo o la espalda, y suele aparecer durante el esfuerzo físico o momentos de estrés. Aunque no siempre implica un infarto, requiere atención médica inmediata y un seguimiento cardiológico adecuado.

    ¿Qué es la angina de pecho? 

    La angina de pecho (también llamada angor pectoris) es un síntoma de isquemia miocárdica, es decir, una falta temporal de oxígeno en el músculo cardíaco (miocardio).

    Ocurre porque el flujo de sangre que llega al corazón se reduce, generalmente por una obstrucción parcial de las arterias coronarias. Cuando la demanda de oxígeno aumenta, por ejemplo, al hacer ejercicio o sufrir estrés, el corazón no puede compensar esa necesidad, y aparece el dolor.

    Angina estable: cuándo y cómo se manifiesta 

    La angina estable aparece de forma predecible, normalmente con el esfuerzo o la actividad física, y desaparece con el reposo o la administración de nitroglicerina.
    Suele ser un signo de enfermedad coronaria crónica y, aunque no es una emergencia, indica que existe una alteración en la circulación coronaria que requiere tratamiento.

    Características principales:

    • Dolor opresivo o ardor en el pecho al realizar ejercicio.
    • Desaparece al descansar o con medicación.
    • Puede acompañarse de falta de aire o cansancio.

    Angina inestable: un cuadro más grave y urgente

    La angina inestable es más imprevisible y peligrosa. Puede aparecer en reposo, durante el sueño o con esfuerzo mínimo.
    Es un signo de síndrome coronario agudo y puede evolucionar hacia un infarto agudo de miocardio, por lo que requiere atención médica urgente.

    Síntomas de alarma:

    • Dolor más intenso o prolongado de lo habitual.
    • Sensación de presión o quemazón en el pecho y garganta.
    • Náuseas, sudoración o mareo.
    • Falta de aire incluso sin esfuerzo.

    Factores que provocan la angina de pecho

    Los factores de riesgo que favorecen la aparición de una angina de pecho son los mismos que los de la enfermedad coronaria:

    • Aterosclerosis: acumulación de placas de grasa y colesterol en las arterias.
    • Hipertensión arterial.
    • Colesterol alto y triglicéridos elevados.
    • Tabaquismo.
    • Diabetes mellitus.
    • Sedentarismo y obesidad.
    • Estrés prolongado.
    • Edad avanzada y antecedentes familiares de enfermedad coronaria.

    También puede desencadenarse por anemia, taquiarritmias, o espasmos coronarios (angina de Prinzmetal).

    Principales síntomas de la angina de pecho

    El síntoma más característico es un dolor torácico opresivo que puede describirse como sensación de peso, quemazón o presión en el pecho, a veces confundido con acidez o indigestión.

    Otros síntomas frecuentes son:

    • Dolor que se irradia al brazo izquierdo, cuello, mandíbula o espalda.
    • Falta de aire (disnea).
    • Mareos o sudoración fría.
    • Fatiga intensa con esfuerzo leve.
    • Palpitaciones o ansiedad asociadas al dolor.

    En algunos casos, especialmente en mujeres, diabéticos o ancianos, los síntomas pueden ser atípicos, con molestias leves o solo sensación de cansancio y dificultad respiratoria.

    Cómo se diagnostica la angina de pecho

    El diagnóstico combina la evaluación clínica con diversas pruebas cardiológicas que permiten confirmar si existe isquemia miocárdica o alteración en las arterias coronarias.

    Prueba de esfuerzo (ergometría) para valorar el corazón en actividad

    La ergometría  https://riberasalud.com/cardiosalus/prueba-de-esfuerzo/o electrocardiograma de esfuerzo es una de las pruebas más utilizadas para evaluar la respuesta del corazón al ejercicio.
    Permite detectar alteraciones eléctricas compatibles con angina y valorar la capacidad de esfuerzo del paciente.

    Análisis de sangre para detectar alteraciones cardíacas

    Incluyen la medición de colesterol, triglicéridos, glucosa, hemoglobina y marcadores de daño cardíaco como la troponina o el BNP.
    Estos valores ayudan a descartar un infarto o a valorar el riesgo cardiovascular.

    Coronariografía o arteriografía coronaria para estudiar las arterias

    Es la prueba más precisa para visualizar el estado de las arterias coronarias.
    Mediante un catéter introducido en una arteria (femoral o radial), se inyecta contraste y se observa si existen obstrucciones o estrechamientos.
    En algunos casos, puede realizarse una angioplastia en el mismo procedimiento para abrir la arteria afectada.

    Tratamiento de la angina de pecho

    El tratamiento busca mejorar el flujo de sangre al corazón, aliviar el dolor y prevenir un infarto.
    Puede incluir fármacos, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas.

    Tratamiento farmacológico:

    • Nitratos (nitroglicerina): alivian el dolor al dilatar las arterias.
    • Betabloqueantes y antagonistas del calcio: reducen la carga de trabajo del corazón.
    • Aspirina y antiagregantes plaquetarios: evitan la formación de coágulos.
    • Estatinas: controlan el colesterol y estabilizan las placas arteriales.
    • IECA o ARA II: protegen el corazón y los vasos sanguíneos.

    Tratamiento intervencionista o quirúrgico:

    • Angioplastia coronaria con stent: para abrir arterias bloqueadas.
    • Cirugía de bypass coronario: en casos de obstrucciones múltiples o graves.

    El cardiólogo determinará la mejor opción según el tipo y gravedad de la angina.

    Prevención de la angina de pecho

    La prevención es esencial para reducir el riesgo de nuevos episodios y mejorar la esperanza de vida.
    Algunas medidas clave son:

    • Controlar la presión arterial, colesterol y glucosa.
    • No fumar.
    • Seguir una dieta equilibrada baja en sal y grasas.
    • Hacer ejercicio físico moderado y regular.
    • Evitar el estrés y descansar adecuadamente.
    • Cumplir con el tratamiento médico y revisiones cardiológicas periódicas.

    La angina de pecho es una señal de alerta del corazón que no debe ignorarse.
    Detectarla a tiempo y seguir un tratamiento adecuado es fundamental para prevenir complicaciones graves como el infarto de miocardio.

    En Ribera Cardiosalus, nuestros especialistas en cardiología clínica y pruebas diagnósticas disponen de ergometría, ecocardiografía y control de factores de riesgo para ofrecer una atención integral y personalizada a cada paciente.

    ¿Notas presión o quemazón en el pecho? Solicita tu valoración con nuestros cardiólogos y cuida tu salud cardiovascular.