Distintos estudios habían puesto cifras al incremento del riesgo de mortalidad de los pacientes que padecen estas dolencias. Investigadores alemanes concluyen que los pacientes que sufren insuficiencia cardiaca y además están depresivos tienen peor pronóstico y más probabilidad de morir a causa de la enfermedad cardiaca. Otro trabajo con mujeres rusas constata que el estrés multiplica el riesgo de hipertensión, infarto de miocardio e ictus.
El estudio alemán concluye que casi un 30% de los pacientes con insuficiencia cardiaca tiene depresión. De estos, un 26,9% fallece a causa de la enfermedad cardiovascular subyacente pasado un año y medio, lo que para los investigadores confirma el mal pronóstico de la depresión en este tipo de pacientes. Solo el 13,6% de los que no la sufrían falleció en el mismo lapso de tiempo.
Se realizó la investigación con 870 mujeres rusas y revela que dos de cada diez sufren estrés familiar. Tras realizarles un seguimiento de 16 años para estudiar la incidencia de hipertensión, infarto de miocardio e ictus, los investigadores comprobaron que las que tenían estrés presentaron 1,39 veces más riesgo de hipertensión; 5,59 veces más probabilidad de infarto y 3,53 veces más riesgo de accidente cardiovascular, en comparación con las que declararon no sufrir este trastorno.
El trabajo “resulta útil para comprender mejor los posibles mecanismos que vinculan estrés y enfermedad cardiovascular”, afirmó José Ramón González-Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología.Por eso es “clave”, asegura el también presidente de la sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la Sociedad Española de Cardiología, detectar quién sufre un cuadro depresivo e instaurar el tratamiento más adecuado.
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