“Lávate las manos” era un clásico de las madres y padres de familia al salir del baño, al llegar a casa y antes de las comidas. Ahora es una constante que hemos incorporado a nuestras vidas muchas más veces al día y que los más pequeños van a tener que intensificar e interiorizar de cara a la vuelta al cole. En la entrada al blog de YoSalud de esta semana vamos a abordar algunos consejos para preparar un regreso a las aulas seguro.
Lavarse frecuentemente las manos o estornudar en el codo son algunos de esos hábitos que seguro que han llegado para quedarse más allá del coronavirus, puesto que mejoran la higiene diaria de toda la familia, dentro y fuera del hogar. Son las nuevas rutinas anti-COVID.
Es muy importante que padres e hijos repasen e insistan diariamente en los consejos que todos los profesionales sanitarios, también los de Ribera Salud, comparten e intentan transmitir a las familias, por el bien y la seguridad de toda la población. Y para ello es recomendable diferenciar qué prácticas y hábitos son importantes en el colegio y al llegar a casa, aunque muchos se comparten en los dos ámbitos, como el lavado constante de las manos, toser o estornudar cubriendo boca y nariz con el codo flexionado o usar siempre pañuelos desechables y tirarlos después de un solo uso, evitando dejarlos sobre cualquier superficie o guardados en un bolsillo.
Pero ¿qué pautas deberían seguir siempre nuestros hijos en el colegio? Además de lavarse las manos con agua y jabón o con gel al entrar y salir del centro, de la clase, del comedor, del patio y del baño, y llevar siempre puesta la mascarilla, sobre todo en espacios cerrados, intentar mantener la distancia personal, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, y concienciarse de que si se encuentran mal, les duele la cabeza o tienen tos, lo comuniquen a sus padres y profesores y eviten ir al colegio. O saber que si tienen fiebre en el colegio, les apartarán del resto de alumnos como prevención hasta que puedan ir a recogerles.
¿Y al llegar a casa? Los profesionales sanitarios consideran muy importante quitarse los zapatos del colegio y la calle en el rellano o la entrada de casa. Es una costumbre muy habitual en los países nórdicos o zonas con temperaturas extremas, sobre todo para evitar entrar en casas, guarderías etc con tierra, agua o barro del exterior. Ahora, todos debemos acostumbrarnos a no utilizar el mismo calzado en casa y en la calle.
La ropa del colegio es importante airearla, a ser posible al sol, y lavarla con más frecuencia, y se recomienda utilizar programas con temperatura de 40 grados o superior.
Es fundamental también que los niños se acostumbren a no tocar nada hasta que no se han lavado las manos y, si es posible, se recomienda ducharlos al llegar a casa. Los expertos insisten en la necesidad de lavar con agua y jabón o alcohol el móvil, las gafas y otros objetos como agendas, pulseras, pendientes y anillos y que se utilizan y manipulan fuera del hogar. Si se utilizan fiambreras y cubiertos para comer en el colegio (o en el trabajo), es importante lavarlos en el lavavajillas a más de 60 grados.
Para el conjunto del hogar, los profesionales sanitarios recomiendan intensificar la limpieza con alcohol y/lejía de las superficies que tocan los miembros de la familia con más frecuencia (además de cocina y baños, los pomos de las puertas, superficie de armarios, tiradores etc), así como mantener las zonas comunes bien ventiladas.
Y en el caso de que se conviva con una o varias personas con patologías de riesgo, utilizar baños diferentes en la medida de lo posible o desinfectarlos en cada uso, además de mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros, restringir el contacto y utilizar la mascarilla, para extremar la precaución con estos colectivos.
Entre todos, podemos conseguir que la vuelta al cole (y al trabajo para los adultos) sea mejor de lo que auguran los pronósticos tras los rebrotes registrados durante todo el verano y este comienzo de mes. Concienciación, disciplina, solidaridad y prudencia son los mejores consejeros para ayudarnos a cumplir con estas nuevas rutinas, que nos protegen y protegen a quienes más queremos del COVID.