El reúma nos suena a enfermedad de adultos. Pero no, Los niños también pueden padecer algunas de las enfermedades reumáticas que se desarrollan en edad pediátrica, y es muy importante un diagnóstico temprano para un correcto tratamiento. Hoy, en el blog de salud del grupo sanitario Ribera, vamos a explicar cuáles son estas enfermedades reumáticas pediátricas más habituales y qué síntomas deben alertarnos para acudir a un especialista.
La Sociedad Española de Reumatología (SER) explica que la artritis idiopática juvenil es la patología más frecuente, con una prevalencia aproximada de 1 de cada 1.000 niños. Pero otras enfermedades autoinmunes como el lupus, la esclerodermia y las vasculitis también inciden en los niños. Además, añaden, otras patologías menos frecuentes como el síndrome antifosfolípido (SAF) o el síndrome de Sjögren no tienen bien definidos los criterios diagnósticos, y en ocasiones puede haber dificultades para una detección precoz cuando requieren un seguimiento y control estrecho, y un abordaje multidisciplinar.
Qué es la artritis Idiopática Juvenil (AIJ)
La Artritis Idiopática Juvenil es un grupo de enfermedades reumáticas que afectan a los niños menores de 16 años. Se caracteriza por la inflamación persistente en una o más articulaciones.
Síntomas más frecuentes de la AIJ
- Dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones
- Fiebre alta intermitente
- Erupciones en la piel
- Fatiga
- Pérdida de apetito y peso.
Qué es el lupus
El lupus, específicamente el lupus eritematoso sistémico (LES), es una enfermedad autoinmune crónica que puede afectar múltiples órganos y sistemas del cuerpo. Es menos común en niños que en adultos, pero los síntomas pueden ser severos en la población pediátrica.
Síntomas del lupus
- Erupciones cutáneas, especialmente la característica «erupción en mariposa» sobre las mejillas y el puente nasal.
- Dolor y hinchazón en las articulaciones.
- Fiebre recurrente.
- Fatiga extrema.
- Problemas renales (proteinuria).
- Sensibilidad al sol.
- Úlceras en la boca o nariz.
Qué es la Esclerodermia
La esclerodermia es una enfermedad autoinmune crónica que implica el endurecimiento y fibrosis de la piel y, a veces, de los órganos internos. Puede ser localizada (afectando solo la piel) o sistémica (afectando también a los órganos internos).
Síntomas de la esclerodermia
- Engrosamiento y endurecimiento de la piel.
- Parches de piel dura y brillante, a menudo en las manos y la cara.
- Problemas de movimiento debido a la rigidez de la piel.
- Problemas digestivos si afecta el tracto gastrointestinal.
- Fenómeno de Raynaud (dedos de manos y pies que cambian de color con el frío).
Qué es la vasculitis
Las vasculitis son un grupo de enfermedades que causan inflamación de los vasos sanguíneos, lo cual puede restringir el flujo de sangre y dañar órganos y tejidos. Existen varias formas de vasculitis que pueden afectar a los niños, como la púrpura de Schönlein-Henoch o la enfermedad de Kawasaki.
Síntomas de la vasculitis
- Erupciones cutáneas, a menudo con púrpura (manchas rojas o moradas en la piel).
- Fiebre.
- Dolor articular y muscular.
- Dolor abdominal.
- Problemas renales (hematuria, proteinuria).
- Aneurismas o problemas cardíacos (en la enfermedad de Kawasaki).
Qué es el síndrome de Sjögren
El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune crónica que se caracteriza principalmente por la inflamación y disfunción de las glándulas exocrinas, especialmente las glándulas salivales y lagrimales. Esta condición lleva a una disminución significativa de la producción de saliva y lágrimas, resultando en sequedad de boca y ojos.
Síntomas frecuentes del síndrome de Sjögren
Los síntomas más comunes del síndrome de Sjögren incluyen:
- Xerostomía (sequedad bucal): Disminución de la producción de saliva, lo que puede dificultar la deglución, hablar y aumentar el riesgo de caries dentales y infecciones orales.
- Xeroftalmía (sequedad ocular): Reducción de la producción de lágrimas, causando irritación, sensación de arena en los ojos, y mayor susceptibilidad a infecciones oculares.
- Fatiga: Una fatiga crónica que puede ser debilitante.
- Dolores articulares y musculares: Dolor y rigidez en las articulaciones y músculos.
- Inflamación y dolor en las glándulas salivales: Hinchazón y dolor en las glándulas salivales, especialmente en las glándulas parótidas (ubicadas en frente de las orejas).
- Sequedad de piel y otras mucosas: Sequedad en la piel, la nariz, y la garganta.
Neus Quilis, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario del Vinalopó (Elche), ha asegurado que “el síntoma más frecuente del síndrome de Sjögren en niños es la parotiditis recurrente (afectación de las glándulas salivares), mientras que en los adultos esta manifestación es poco frecuente, predominando la sequedad de ojos y boca. El dolor articular es frecuente también en ambos grupos. Además, se trata de una enfermedad sistémica con potencial afectación de otros órganos y sistemas como el riñón, pulmón, sistema nervioso central y periférico, fiebre, entre otros síntomas”, explica.
En opinión de la especialista de Vinalopó, “el manejo de esta patología debe ser individualizado, dependiendo de los síntomas de cada paciente, siendo muy variable. Asimismo, no hay fármacos específicos para esta enfermedad en edad pediátrica”. En cualquier caso, añade, “se debe contar con un equipo multidisciplinar que asegure la correcta atención de los pacientes en cada una de las manifestaciones clínicas que pueda presentar”.
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