- Para estas sesiones se emplean maniquíes que, controlados desde un programa informático, pueden simular cuadros de resucitación cardiopulmonar, insuficiencia respiratoria, inconsciencia, taquicardia inestable o shock séptico.
El Departamento de Salud de La Ribera, a través de su Dirección de Investigación y Docencia, ha incorporado la simulación clínica a su programa docente para médicos residentes, con el objetivo de entrenarles en la toma de decisiones en determinadas situaciones médicas.
En concreto, las sesiones de simulación clínica se están incorporando a la formación de aquellos residentes que desarrollan su labor asistencial en áreas de atención urgente, continuada o intensiva.
Estas sesiones, que utilizan una tecnología avanzada y atractiva, se desarrollan sobre maniquíes o fantomas de última generación, con los que el Servicio de Urgencias del Hospital de Alzira, en colaboración con la Universidad Católica de Valencia (UCV), recrea situaciones reales de urgencias que pueden darse en periodos de guardias médicas.
Se trata de cuadros de resucitación cardiopulmonar, insuficiencia respiratoria, inconsciencia, taquicardia inestable o shock séptico, entre otros, que requieren que el profesional sanitario tome de forma rápida, decisiones de carácter diagnóstico y terapéutico que mejoren el pronóstico vital y funcional del paciente que las sufre.
Maniquíes de última generación que simulan patologías
Para estas sesiones se emplean maniquíes de adultos y niños que, controlados desde un programa informático, simulan respiración, ritmo cardiaco, ruidos pulmonares y cambio de color. Esto permite a los residentes practicar técnicas médicas y quirúrgicas como suturas, acceso de vías, traqueotomías, entubaciones, toma de tensión, oxigenoterapia, entre otras.
Según han destacado los doctores Miguel Ángel Giner y Luis Manclús, médicos adjuntos del Servicio de Urgencias del Hospital de Alzira, “lo que se pretende es dotar a los residentes de las competencias clínicas que se les exigirá en su desempeño profesional, fomentando la toma de decisiones adecuadas y el desarrollo de habilidades de trabajo en equipo”.
De esta forma, “los residentes adquieren entrenamiento, pericia y confianza a la hora de abordar este tipo de situaciones de alto riesgo y complejidad, sin implicar a pacientes reales”, han afirmado los doctores Giner y Manclús, quienes han añadido que “con este método de aprendizaje, en el que se desarrollan también dinámicas grupales y el análisis crítico de cada uno de los casos, se mejora la comunicación, la coordinación y el trabajo en equipo de los profesionales, lo que redundará, sin duda, en la seguridad y una mejor asistencia sanitaria a los futuros pacientes”.