Hipocondría: cuando existen los síntomas pero no la enfermedad

Cuando se tienen los síntomas, pero no la enfermedad. Este es el resumen de la hipocondría, un trastorno que afecta al 1-2% de los pacientes que acuden a las consultas de Atención Primaria y que suele afectar en la misma proporción a hombres y mujeres. El desarrollo de las tecnologías de la información, especialmente de Internet, agrava la situación de los hipocondríacos. Profesionales del Equipo de Salud Mental del Departamento de Salud de La Ribera desgranan, en este post, qué es este trastorno y qué síntomas presenta.

¿Qué es la hipocondría?

La hipocondría o trastorno de ansiedad por enfermedad, se trata de una preocupación excesiva de que los síntomas físicos puedan deberse a una enfermedad grave. Afecta por igual a hombres y mujeres. El paciente hipocondríaco mantiene dicha preocupación incluso cuando no existen evidencias médicas de que esté enfermo. Generalmente, dichos síntomas son de tipo leve e, incluso, pueden no existir. La prevalencia de este trastorno en Atención Primaria estaría entre el 1-2%, siendo la edad de inicio alrededor de los 20 años.

¿Es lo mismo un paciente hipocondríaco que uno somatizador?

No. El paciente que somatiza centra su atención en el síntoma físico, pero no tiene miedo o preocupación excesiva a poder desarrollar una enfermedad como sí le ocurre al hipocondríaco.

Manifestaciones clínicas:

Los pacientes hipocondríacos se caracterizan por:

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¿Qué personas pueden ser más propensas a ser hipocondríacas?

Personas con rasgos de personalidad obsesivos o con un elevado componente de ansiedad; por ello, muchos autores relacionan la hipocondría con los trastornos de ansiedad.

¿Qué factores del entorno pueden favorecer el desarrollo de las preocupaciones hipocondríacas?

  • El incremento de la información y de los avances tecnológicos en la salud, pueden generar una excesiva preocupación por las enfermedades e, incluso, el autodiagnóstico, lo que todavía acentúa más la angustia del paciente.
  • La existencia de páginas web mal documentadas respecto a la salud, supone un caldo de cultivo para estas personas, quienes no pueden resistir la tentación de comparar síntomas y diagnósticos en Internet. Esta práctica es tan habitual que los especialistas le han puesto el nombre de «cibercondría».

¿Cuándo debería el paciente solicitar ayuda?

Cuando la preocupación que presenta es excesiva e irracional e interfiere en su calidad de vida, pudiendo alterar su estado de ánimo, ocasionando sufrimiento y preocupación continuos.

En el tratamiento de la hipocondría:

  1. Es primordial que no se pongan en tela de juicio los síntomas del paciente, quien siente angustia real por dicho padecimiento.
  2. El médico debe explicar claramente al paciente que no tiene ninguna enfermedad, pero que, a pesar de ello, se deberá mantener un seguimiento que le ayudará a controlar los síntomas.
  3. Los antidepresivos (siempre bajo prescripción médica) pueden reducir al preocupación y los síntomas físicos.
  4. Acudir a psicoterapia de tipo Cognitivo Conductual puede ser últil para:
    • Reconocer aquello que puede empeorar los síntomas.
    • Desarrollar métodos para manejar los síntomas.
    • Mantenerse más activo, incluso aunque persistan los síntomas.

Expectativas:

Frecuentemente, el trastorno tiende a cronificarse; a no ser que se traten los factores psicológicos o los trastornos depresivos y de ansiedad asociados.

Complicaciones:

  • Las complicaciones pueden estar relacionadas con el excesivo número de pruebas invasivas que pueden llegar a realizarse en la búsqueda de un diagnóstico (endoscopias, radiografías…).
  • Dependencia a analgésicos o sedantes.
  • Depresión y ansiedad.
  • Pérdida de tiempo en el trabajo por la cantidad de citas médicas a las que acuden.

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