Ser fumador es un riesgo añadido para la salud en esta era tan complicada que vivimos. Si ya teníamos claro que fumar perjudica gravemente la salud, ahora sabemos además que incrementa, y mucho, las posibilidades de sufrir una evolución grave de la enfermedad por COVID y, por tanto, de necesitar intubación e ingreso en la UCI. La jefa del Servicio de Neumología de Ribera Salud en el Hospital Povisa de Vigo, Dolores Corbacho, no tiene ninguna duda al respecto. “El riesgo de empeoramiento de un paciente se incrementa en un 96%”, asegura.
La semana pasada se celebraba el Día Europeo del Cáncer de Pulmón, una enfermedad directamente asociada al tabaquismo. Hace un año, esta enfermedad, el aumento de la tensión arterial, la disminución de la capacidad pulmonar y el daño irreversible a nuestro sistema respiratorio nos parecían razones más que suficientes para dejar este hábito. Pero ante esta nueva fase crítica de propagación del virus, que ha puesto en jaque al mundo entero en los últimos seis meses, los profesionales de Ribera Salud en todos sus centros alertan sobre las consecuencias de contraer este virus, especialmente preocupante, para la población fumadora.
Pero ¿por qué el COVID les afecta especialmente? Hay varias razones y todas tienen una explicación médica y científica, con terminología bastante compleja, que ya ha sido demostrada en los meses que llevamos conviviendo con este virus. Pero entre las más destacadas, como bien explica la doctora Corbacho a YoSalud, figura el hecho de que “el SARS-CoV-2 se une muy fácilmente, a través de la proteína S de su cápsula, al receptor de una enzima frecuente en los macrófagos alveolares y en los neumocitos de los alveolos de los fumadores, y por medio de él penetra en el interior de las células alveolares”.
Así que este virus que nos ha cambiado la vida tan drásticamente no solo se “agarra” con mucha facilidad a lo que sea para llegar a los alveolos sino que también “se camufla” para intentar pasar desapercibido a nuestro sistema inmunológico. “La unión entre el receptor y el virus convierte a este en opaco para el sistema de inmunovigilancia y ello hace que el virus pueda permanecer unido a la célula durante mucho tiempo”, asegura la jefa de Neumología de Ribera Salud en Povisa.
Y ¿tienen los fumadores más riesgo de contagiarse que cualquier otra persona? Los expertos concluyen que, en general, sí que tienen más riesgo. Si una relación directa entre causa-efecto está siendo analizada aún en profundidad, sí que está clara la vinculación indirecta. La doctora Corbacho lo resume muy bien: “Los fumadores padecen con más frecuencia infecciones por otros virus de la misma familia, así como otro tipo de virus respiratorios o bacterias. Además, las sustancias tóxicas del tabaco dañan los mecanismos inmunológicos del sistema respiratorio, y los patrones gestuales en el fumador, como las inhalaciones y el movimiento repetido de las manos influyen en una mayor contaminación viral y una probabilidad mayor de desarrollar COVID19”.
Además, no hay que olvidar que las costumbres y actitudes de nuestro entorno nos afectan de muy diversas formas. Y esta es una de las razones por las que se ha prohibido fumar en todos aquellos espacios públicos en los que no sea posible mantener los dos metros de distancia con otras personas. La responsable del Servicio de Neumología de Ribera Salud en el hospital Povisa recuerda que “las gotitas respiratorias son partículas diminutas, invisibles al ojo humano, que emitimos al hablar, toser, estornudar e incluso respirar, y que pueden transportar gérmenes infecciosos de un individuo a otro”. La doctora Corbacho asegura que estas partículas “pueden permanecer hasta 30 minutos en el aire en suspensión y alcanzar los dos metros de distancia, lo que les permite entrar en las vías respiratorias de las personas del entorno y contaminar superficies”. Y en este sentido, lo que los profesionales sanitarios llaman “humo de segunda mano”, el humo exhalado por un fumador tras una calada al cigarro, “aumenta el riesgo de infecciones respiratorias” en las personas más expuestas, incluido el COVID.
Y la doctora Corbacho tiene claro que los problemas y riesgos asociados al consumo de tabaco aplican prácticamente de la misma manera a los usuarios habituales de cachimbas, tan populares en los últimos años entre los jóvenes (y no tan jóvenes). Incluso a pesar del peligro añadido de contagio que supone en todo tipo de enfermedades por el uso compartido de las cachimbas, incluido el COVID. “Cuando el uso de pipas de agua se lleva a cabo en áreas interiores, como ocurre en muchos lugares, el riesgo podría ser mayor”, asegura.