A la mayoría de los padres la fiebre en los niños suele provocarles alarma y preocupación, pero no tenemos que olvidar que es un fenómeno muy habitual en la infancia. Pero, ¿a partir de qué temperatura corporal podemos hablar de fiebre en los niños? ¿Cuáles son sus principales síntomas? ¿Qué hacer si nuestro hijo presenta fiebre? Especialistas del Hospital de La Ribera te cuentan todo lo que debes saber sobre la fiebre en la edad infantil.
Ojo, la fiebre es un síntoma y no una enfermedad
La fiebre es un síntoma, no una enfermedad, que surge como una respuesta normal del organismo frente a infecciones y otras enfermedades. Cuando un germen o agente infeccioso entra en contacto con el cuerpo humano causa una agresión. Esto provoca que el centro termorregulador, emplazado en el sistema nervioso central, aumente la temperatura corporal con el objeto de ayudar a que nuestras defensas actúen y combatan las dolencias más eficazmente. Se ha comprobado que la fiebre estimula algunas respuestas inmunitarias frente a estos microorganismos.
La fiebre es una manifestación habitual en la infancia. Los adultos muchas veces no presentan fiebre a pesar de tener algún tipo de infección pero es mucho más frecuente en el niño.
¿Qué hacer si un niño tiene fiebre?
Si la fiebre es alta, es decir, cuando la temperatura corporal supera los 38º C (por debajo de esta cifra se habla de febrícula) puede producir: malestar general, escalofríos, dolor de cabeza, etc.
Cuando los niños tengan fiebre alta, es recomendable que lleven ropa ligera y transpirable y mantener una temperatura ambiental fresca, en torno a los 20º C. Si se encuentran molestos, lo primero que debe hacerse es administrarles un antitérmico, como elparacetamol. También resultan muy útiles fármacos como el ibuprofeno.
Debe administrarse la dosis recomendada en el prospecto del medicamento, según la edad, y su efecto comienza alrededor de 45-60 minutos de la toma. La misma dosis se puede repetir cada 4-6 horas. Son aconsejables también los baños con agua templada durante 15-20 minutos.
Si tras adoptar estas medidas no se aprecia mejoría alguna y encontramos al niño decaído, adormilado, molesto o si vemos que además asocian otros síntomas, como erupciones en la piel en forma de sangrado cutáneo y, sobre todo, cuando se trate de niños muy pequeños de menos de tres meses de edad, se debe acudir con urgencia al pediatra para que examine al niño e investigue el origen de la fiebre.
¿Qué no debo hacer?
Se desaconseja remedios antiguos como el sobreabrigo y las friegas con alcohol que pueden ser perjudiciales e incluso provocar intoxicaciones.
Según afirma la Dra. Elena Gastaldo, Especialista en Endocrinología Pediátrica y Jefa del Servicio de Pediatría del Hospital de La Ribera “la fiebre es uno de los síntomas que más ansiedad y angustia despierta en los padres, quienes tienen tendencia a llevar a sus hijos urgentemente al médico. Es importante abordar el problema con la mayor serenidad posible, pues los niños suelen tener fiebre frecuentemente y la mayoría de las veces se debe a infecciones banales. Lo más prudente es ver cómo se encuentran, administrarles los fármacos anteriormente citados y ponerse en contacto con el pediatra de cabecera para que examine y estudie cuál es el origen de la fiebre que, como síntoma que es, avisa y advierte de que algo les está ocurriendo a nuestros hijos”.