Cuando pensamos en un hospital, solemos imaginar médicos, enfermeras y quirófanos. Sin embargo, existe un área clave que garantiza que los tratamientos sean seguros y eficaces: la farmacia hospitalaria. Este servicio, muchas veces desconocido por los pacientes, desempeña un papel esencial en el cuidado de la salud. Y por ese motivo, vamos a dedicarle esta nueva entrada al blog de gestión del grupo Ribera.
Sin la farmacia hospitalaria, la atención sanitaria no sería posible. Su trabajo diario, coordinando la medicación de los pacientes ingresados o la necesaria para la actividad de quirófano, es crucial para el correcto funcionamiento de un hospital.
Qué es la farmacia hospitalaria
La farmacia hospitalaria es el departamento del hospital encargado de la selección, adquisición, conservación, preparación y dispensación de los medicamentos. Su misión principal es asegurar que los tratamientos sean adecuados para cada paciente, minimizando riesgos y optimizando la eficacia de los fármacos.
Cómo ayuda a los pacientes
Los farmacéuticos hospitalarios trabajan en estrecha colaboración con los médicos y el personal sanitario de cada centro, para garantizar que cada paciente recibe el tratamiento más adecuado. Algunas de sus funciones más importantes incluyen:
- Dispensación de medicamentos: Aseguran que los pacientes hospitalizados reciban las dosis correctas y en el momento oportuno.
- Atención farmacéutica personalizada: Asesoran a los pacientes sobre el uso correcto de los medicamentos, especialmente en casos complejos como tratamientos oncológicos o enfermedades crónicas.
- Prevención de efectos adversos: Identifican posibles interacciones entre medicamentos y ajustan las terapias para reducir riesgos.
- Seguimiento de tratamientos: Evalúan la respuesta de los pacientes a los medicamentos para garantizar su efectividad.
Además de estas funciones, el Servicio de Farmacia realiza consultas personales para pacientes con distintas patologías que inician tratamientos o que, por el tipo de fármaco, requieren ser supervisados por un farmacéutico especialista. Beatriz Piñeiro, responsable del servicio de Farmacia del hospital Ribera Juan Cardona (Ferrol), explica que en 2024 se han atendido casi 1.300 consultas, y que se ha notado un aumento del número de consultas respecto a años anteriores.
“Los pacientes que acuden a la consulta de farmacia en el Hospital Ribera Juan Cardona son fundamentalmente personas con patología autoinmune: colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, artritis reumatoide, espondiloartritis, artritis psoriásica, psoriasis, etcétera. También vemos pacientes con patologías infecciosas, hipercolesterolemia familiar refractaria, migraña crónica, insuficiencia renal crónica, hipertensión pulmonar, dermatitis atópica o leucemia mieloide crónica”, afirma Beatriz Piñeiro.
Lo habitual es que el paciente llegue a este servicio por derivación directa de la consulta del especialista en el propio hospital, pero también pueden venir desde consultas externas de otros centros con la pertinente receta. “Es muy frecuente que pacientes de nuestra área sanitaria tengan médicos especialistas en otras ciudades, pero que por proximidad acudan a nuestro hospital para realizar su seguimiento farmacoterapéutico”, comenta la farmacéutica del hospital Ribera Juan Cardona. Es una práctica habitual en la mayoría de hospitales.
“En una primera consulta, el farmacéutico hospitalario explica cómo funciona el medicamento, los efectos adversos más frecuentes, se revisan las posibles interacciones farmacológicas con el resto de su tratamiento habitual y cualquier otra duda que pudiera surgirle al paciente”, destaca.
Una vez dispensado el medicamento, se pautan las citas de seguimiento, en consultas sucesivas que revisan la adherencia y tolerancia al tratamiento y se dispensa la medicación por uno o dos meses en función de la evolución de cada individuo.
Apoyo a otros profesionales del hospital
Además de su impacto directo en los pacientes, la farmacia hospitalaria también brinda apoyo fundamental a otros profesionales de la salud:
- Colaboración con médicos en la elección de los tratamientos más adecuados basados en la evidencia científica.
- Capacitación del personal sanitario sobre el uso seguro y eficiente de los medicamentos.
- Participación en comités clínicos para mejorar la seguridad y eficacia de los tratamientos dentro del hospital.
Farmacia hospitalaria: más allá del hospital
El papel de la farmacia hospitalaria no se limita al entorno hospitalario. En muchos casos, los farmacéuticos ayudan a los pacientes a gestionar su medicación tras el alta, asegurando la continuidad del tratamiento y evitando complicaciones.
En definitiva, es un pilar fundamental en el sistema de salud, garantizando que los medicamentos sean utilizados de manera segura y efectiva. La próxima vez que acudas a un hospital, recuerda que detrás de cada tratamiento hay un equipo de farmacéuticos trabajando para tu bienestar.