«Los casos en jóvenes impactan, pero por suerte son muy escasos»
El jefe del servicio de Cardiología de Povisa, el doctor Juan Carlos Arias, reconoce que es imposible evitar el cien por cien de las muertes súbitas, pero sí es relativamente fácil detectar la patología que la desencadena, la cardiopatía isquémica.
¿Qué entendemos por muerte súbita y cómo es de frecuente?
La muerte súbita es una forma relativamente frecuente de morir. Aproximadamente el 10% de las muertes son súbitas, la mayor parte de origen cardiaco. Casi el 90% de estas muertes están relacionadas con la cardiopatía isquémica y por lo tanto con la edad y con los factores de riesgo de esta enfermedad: tabaco, colesterol, diabetes e hipertensión.
¿Qué relación tiene con el deporte?
La muerte súbita en el deporte merece una consideración especial ya que se presenta en personas aparentemente sanas, con un estilo de vida saludable y muchas veces muy jóvenes, por lo que estas muertes tienen un gran impacto para la sociedad. Afortunadamente son escasas. El deporte es saludable y las personas que lo practican regularmente tienen menos muertes súbitas, pero también es cierto que la actividad física intensa puede desencadenar una muerte súbita, sobre todo en personas que no realizan ejercicio de forma habitual y que tienen una enfermedad cardiaca que desconocen.
¿Podrían evitarse?
Evitarlas al 100% es imposible, pero detectar la mayor parte de los casos con cardiopatía es relativamente fácil. Las cardiopatías que afectan a los más jóvenes, pueden ser detectadas con pruebas muy sencillas, pero algunas, especialmente las que afectan a la actividad eléctrica del corazón, a veces son muy difíciles de diagnosticar incluso aunque se utilicen las pruebas más complejas. En nuestro hospital realizamos un estudio sencillo que incluye un cuestionario, una exploración física, un electrocardiograma y un ecocardiograma. Si todo esto es normal, y lo es en la inmensa mayoría de los chicos, la probabilidad de tener una cardiopatía que podría ser mortal no es cero pero casi. Si hay algo que no es normal, se procede a lo que se llaman estudios de segundo nivel que ya son más complejos y que varían según lo que se haya detectado en los estudios de primer nivel.
¿Y en el caso de los adultos?
Cuando hablamos de deportistas adultos, y ya pensando en la cardiopatía isquémica, debemos de hacer un cálculo del riesgo individual e incluir una prueba de inducción de isquemia. Nosotros utilizamos preferentemente el ecocardiograma de esfuerzo por su alta rentabilidad diagnóstica.
¿Hay señales de aviso?
Sí. El dolor torácico, palpitaciones muy rápidas, mareos o pérdida de consciencia, sobre todo cuando aparecen con el esfuerzo, son síntomas preocupantes y que obligan a descartar una cardiopatía. Pero no tener ninguno de estos síntomas no es garantía de estar libre del riesgo de la muerte súbita.