- El Servicio de Salud Mental del hospital Ribera Polusa advierte de los síntomas sobre la falta de adaptación en las aulas entre los menores y adolescentes, que en ocasiones somatizan dolores intestinales o de cabeza y cambios en alimentación y sueño
- Recomiendan transmitir tranquilidad, seguridad y una actitud positiva pero también acudir a un especialista si transcurridas 3 o 4 semanas desde el inicio del curso estos síntomas no mejoran o van a peor
El Servicio de Salud Mental del hospital Ribera Polusa advierte que la tristeza, hostilidad, irritabilidad, aislamiento y desinterés constante por las actividades relacionadas con el colegio o el instituto y el nuevo curso pueden ser síntomas de problemas graves de adaptación en las aulas. Transcurridas tres o cuatro semanas desde el inicio del curso, los nervios y la ansiedad por la vuelta a la rutina o el inicio del curso en un centro nuevo deberían haber desaparecido o al menos, atenuado. Si no es así, añaden, el menor debería visitar a un especialista en Psicología infantil.
La psicóloga de Ribera Polusa, Lucía Fernández Riesco, aconseja prestar atención a “quejas somáticas como dolores gastrointestinales frecuentes o de cabeza, así como cambios en el comportamiento habitual del niño o adolescente, que pueden manifestarse en una disminución notable de la concentración, cambios importantes en los hábitos alimentarios o de sueño e incluso, en casos más extremos, conductas autolesivas o comentarios sobre la muerte o ideas de suicidio”. En su opinión, el origen de estos problemas adaptativos puede ser múltiple. “En los más pequeños, lo habitual es un miedo intenso a la separación de los padres o cuidadores habituales, después de la intensa convivencia en los meses de verano; en los adolescentes, la causa puede estar más relacionada con la duda sobre su rendimiento académico o problemas con sus iguales, sobre todo en fases como el paso del colegio al instituto, con otros criterios de evaluación y nuevos compañeros”, explica.
Para Yésica Sejo, también terapeuta de Ribera Polusa, el hospital que gestiona el grupo sanitario Ribera en Lugo, “es muy importante la actitud de los padres cuando detectan los primeros síntomas de desajuste en la adaptación del menor”. “Es necesario transmitir tranquilidad y seguridad, preguntarles habitualmente sobre su actividad diaria y cómo se sienten, para conocer sus preocupaciones, y también recordarles que es normal estar un poco nervioso cuando se empieza algo nuevo, pero que esta sensación normalmente desaparece con el paso de los días y las semanas”, añade. Sin embargo, explica, si el malestar en el menor se prolonga en el tiempo “o se percibe un cambio en su comportamiento o en su estado de ánimo que se presenta en otras circunstancias, y no solo al ir al colegio, sería recomendable acudir a un profesional para recibir ayuda”, asegura.
Yésica Seijo da, además, algunos consejos a los padres que sientan que sus hijos no acaban de adaptarse al nuevo curso. Y junto a todas estas recomendaciones, asegura, la más importante es “mantener una actitud positiva en todo momento”.
Consejos para ayudar a los niños a adaptarse al nuevo curso
- Escuchar los sentimientos y preocupaciones de los hijos, relacionados con el inicio del curso, ayudándoles a encontrar respuestas a las preguntas que tienen y recordándoles las habilidades y recursos que poseen para afrontar estos días. También se les puede indicar cómo pedir ayuda.
- Fomentar el interés por el aprendizaje, recordándoles que es normal cometer errores ya que las cosas no siempre salen a la primera, pero con esos errores podrá mejorar y aprender.
- Ayudarles a planificar el tiempo, para no tener que hacer cosas a última hora o tener que hacerlas corriendo. Procurar preparar las cosas con anterioridad para que los días previos no sean muy estresantes.
- Si no tiene amigos porque empieza en un colegio nuevo o tuvo problemas en las relaciones sociales el curso anterior es importante motivarles y apoyarles en la búsqueda de nuevos amigos o para retomar una relación que se inició en el pasado.
- Facilitar el contacto con el lugar en el que va a estar, así como con los niños y con los adultos con los que va a compartir espacio y tiempo, por ejemplo, organizando alguna actividad con niños de su clase, ir a ver el colegio, apuntarse a actividades del centro.
- Establecer una rutina para acostarse y levantarse, así como para las comidas. Se pueden incluir algunas actividades que faciliten estas rutinas, por ejemplo, leer antes de acostarse.
- Preparar un espacio en el que pueda hacer las tareas escolares todos los días.
- Comprar los materiales y la ropa con antelación, implicándoles en el proceso en la medida de lo posible. Por ejemplo, puede escoger una mochila que le guste.
- Programar alguna actividad agradable entre semana, por ejemplo, al terminar los deberes, algún deporte, actividad artística o de ocio.