Los sangrados al miccionar se deben a la presencia anormal de hematíes, lo que pùede revelar una lesión renal u otra enfermedad.
Los sangrados en la orina, aunque no siempre son graves, sí deben inducir a preocupación para que nos revise un especialista. La hematuria o sangrado por la orina se define como la presencia anormal de hematíes en la orina procedentes de cualquier nivel de la vía urinaria. Es pues un signo de lesión renal del tracto urinario o de alguna enfermedad sistémica que secundariamente afecta al sistema urinario.
La hematuria puede ser microscópica si hay menos de 50 hematíes/campo y macroscópica si sobrepasa estos índices, pero 3-5 hematíes/campo se puede considerar como normal. La característica de la hematuria nos puede orientar sobre su origen. Dependiendo si es mas intensa al inicio o al final o durante toda la micción. Así ,los tumores renales que provocan hematuria lo hacen mezclándose con toda la orina, pero un sangrado al final de la micción nos pondrá en alerta de una patología de origen vesical. La existencia o no de coágulos nos vale también para indicarnos su localización. En los procesos tumorales vesicales o en las hemorragias de origen prostático suelen ir asociados al episodio hemático, mientras que es mas excepcional en los casos de cálculos renales, nefropatías o tumores de riñón.
La clínica es otra forma más de orientación diagnóstica. A nadie se nos escapa que ante una micción dolorosa que se asocia a fuertes deseos miccionales acompañado de una hematuria más intensa al final de la micción nos habla más de la existencia de una cistitis aguda, mientras que un sangrado sin dolor y con coágulos tiene muchas posibilidades de que sea consecuencia de una tumoración vesical. La hematuria por sí misma no da una confirmación diagnóstica por lo que obliga en cada caso efectuar un estudio pormenorizado de la situación.
Tampoco nos habla de benignidad ni malignidad del proceso. Todas las hematurias deben de ser estudiadas y para ello el urólogo cuenta con diferentes métodos que les lleven al diagnóstico preciso. El estudio de métodos de imagen y analíticos son fundamentales previa anamnesis con el paciente (comunicación frente a frente médico/paciente) que se considera esencial y muy orientativa. Se busca a través métodos lo menos agresivos averiguar el sitio del sangrado.
De esta forma con una simple analítica o una ecografía del aparato urinario podemos saber su procedencia. El scanner o la resonancia magnética en gran porcentaje es decisiva. Se nos olvida que en patologías prostáticas un método exploratorio tan simple como el tacto rectal puede ser definitivo para descubrir un cáncer prostático o un adenoma de próstata.