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¿conoces el etiquetado de las grasas en los alimentos? Iria Barbosa (Nutrición)

GRASAS

– Bajo contenido en grasa



– Sin grasa:

– Bajo contenido en grasas saturadas:

– Sin grasas saturadas: cuando la suma de grasas saturadas + trans no supere los 0.1 g/100 g ó ml.

Es importante saber que comer demasiados alimentos con alto contenido en grasas puede conllevar a padecer numerosos problemas de salud. La cantidad total y el TIPO de grasa incrementa el riesgo de padecer  enfermedades cardíacas, colesterol alto, obesidad, hipertensión, diabetes etc; debemos de tener presente que hay distintos tipos de grasa y que afectan de forma diferente a nuestra salud. Por esta razón, no solo debemos fijarnos en la cantidad total de grasa del producto, sino también, en el tipo de grasas que lo componen.

En cuanto a la cantidad total de grasas, se considera que un alimento tiene un contenido:
– Alto: si posee 20 o más gramos por cada 100 gramos.
– Moderado: entre 5 y 20 gramos por cada 100 gramos.
– Bajo: cuando tiene menos de 3 gramos por cada 100 gramos.

Es díficil encontrar productos bajos en grasa en el mercado por eso si se quiere seguir una dieta baja en grasas, lo ideal, es escoger aquellos alimentos con una cantidad de grasa inferior a 10 g/100 g de producto.

Recordar que al escoger alimentos “sin grasa” o “bajo en grasa” NO significa que sea bajo en calorías, es más, muchas veces se le añade más de otros nutrientes, como por ejemplo, cuando se quiere añadir sabor al alimento, se le añade más azúcar, y por lo tanto, este termina con el mismo o mayor número de calorías.

Pero como ya se dijo antes, no sólo debemos mirar la grasa total, sino el tipo de grasa que la forma. Existen los siguientes tipos de grasas: insaturadas (monoinsaturadas y poliinsaturadas), saturadas y trans. De manera general y sin profundizar en el tema, las grasas saturadas están relacionadas con un aumento  de los niveles de colesterol en sangre y las insaturadas con un perfil lipídico más favorable para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Por esta razón, lo más recomendable, es elegir aquellos productos que tengan una mayor proporción de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas que saturadas y trans.

En cuanto a las grasas trans aparecen durante la producción de grasas vegetales sólidas como las margarinas o la manteca mediante la “hidrogenación” de aceites líquidos.
Su efecto en la salud es similar o más perjudicial que el de las grasas saturadas (aumento del colesterol y del riesgo de padecer enfermedades cardíacas) y generalmente se encuentran en las galletas saladas, las galletas dulces, palomitas, patatas fritas, precocinados, bollería etc.
Por esta razón, siempre debemos de buscar en el etiquetado nutricional su presencia, pero en caso de no aparecer este dato, ya que actualmente no es obligatorio que esté presente en el etiquetado, debemos de buscar la palabra “hidrogenado” o “parcialmente hidrogenado” en la lista de ingredientes para saber si un producto contiene grasas trans o no, y así, intentar mantener la ingesta de estas grasas lo más baja posible.

Es preferible siempre que escojamos aquellos alimentos cuyo tipo de grasas con los que están elaborados vengan especificadas (aceite de oliva, de girasol, de maíz…) y evitar aquellos que utilicen grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas.
Es muy importante, fijarnos en aquellos productos que contengan el término “aceites vegetales” o “grasas vegetales” ya que pueden contener aceite de coco o de palma, que son muy ricos en grasas saturadas.
Actualmente podemos encontrar este término sin más especificación  sobre el tipo de grasa vegetal que constituía el alimento, pero esto va a cambiar, ya que, con la nueva legislación sobre el etiquetado es obligatorio identificar el origen de las grasas en la lista de ingredientes, por lo que si aparece el término “grasas vegetales” este debe de venir acompañado del origen de este tipo de grasas.