Muchas veces nos preguntamos qué podemos desayunar para mantenernos satisfechos y activos. La avena combate tanto la fatiga física como la intelectual, debido a su excelente valor nutritivo. La avena es un alimento genial, porque además de ser delicioso, tiene muchos beneficios para la salud.
Es el cereal más rico en proteínas, grasas, vitamina B1, calcio y hierro. Equilibra el sistema nervioso y protege las mucosas digestivas. Muy bien tolerada por los diabéticos. Su salvado es muy eficaz para reducir el nivel de colesterol.
Debido a la peculiar estructura del grano de avena, sus hidratos de carbono se asimilan fácilmente y se absorben con lentitud, por lo que proporcionan energía durante varias horas después de haber sido ingeridos. La fibra de la avena causa menos picos de azúcar que otros tipos de fibra.
La avena ayuda a potenciar tu sistema inmune. El beta-glucano hace que tu sistema inmune responda mejor ante las infecciones, sobretodo las de tipo bacterLa avena es una gran fuente de fibra, soluble e insoluble. Su alto contenido de fibra la hace una gran comida quema grasa
Las frutas son excelente desayuno. Todas las frutas excepto los cítricos combinan muy bien con los cereales pero las oleaginosas además nos ayudan a empezar el día.
La almendra es un excelente alimento para el cerebro y su proporción de minerales es la más adecuada para lograr un funcionamiento estable del sistema nervioso central y las nueces mejoran el rendimiento intelectual por lo que no deben faltar en las dietas de estudiantes e intelectuales.
El consumo habitual de almendras fortalece los nervios y tonifica los músculos, contribuyendo así a superar el estrés, la depresión y la fatiga. Los deportistas y aquellas personas sometidas a fuertes trabajos físicos, hallarán en la almendra un alimento muy energético, tonificante y saludable.
La semejanza entre la nuez y el cerebro, hizo pensar ya a los antiguos que su consumo favorecería el buen funcionamiento de este órgano vital. Debido a la riqueza de las nueces en ácidos grasos esenciales, que intervienen directamente en el metabolismo de las neuronas, así como en lecitina, en fósforo y en vitamina B6, las nueces son muy recomendables en la dieta de todas las afecciones neurológicas en general.
Mejoran el rendimiento intelectual y el buen tono y equilibrio del sistema nervioso. No deberían de faltar en las mesas de los estudiantes e intelectuales. Los que sufren de irritabilidad nerviosa, depresión, estrés o agotamiento nervioso, deberían de tomar cada día al menos un buen puñado de nueces, preferiblemente en el desayuno.
En cuanto a las proteínas de la avena son abundantes (16,9%) y muy digestivas. Contienen todos los aminoácidos esenciales y combinan bien con las proteínas de la leche; las de la almendra (13,3%) son de fácil asimilación y completas en cuanto a aminoácidos esenciales y por último los de la nuez (14,3%) son de una calidad biológica muy similar a las de las almendras pero algo deficitarias en metionina lo cual se soluciona combinándolas con cereales del tipo de la avena.
Por tanto un desayuno que nos ayuda a ponernos las pilas por la mañana e ideal para niños, jóvenes, deportistas y mujeres embarazadas o que lactan sería un vaso de leche de vaca o de almendra con copos de avena a los que se puede añadir miel y unos trozos de manzana o plátano y unas nueces. Otra forma de tomar avena y almendra sería en forma de tostadas de avena con crema de almendras a ser posible sin azúcar añadido.
Después de un desayuno así no se sentiría la necesidad de tomar un tentempié a media mañana.