Ya para terminar y a modo resumen, a la hora de pararnos a leer el etiquetado de los alimentos debemos de:
1. Fijarnos en el tamaño de la porción, que es la cantidad de alimento que constituye una porción comestible, y en base a esto, controlar la cantidad a ingerir.
2. Aporte calórico de dicho alimento por porción que vamos a ingerir. Recordar que un producto no contenga grasa o azúcar no necesariamente significa que no contenga calorías.
3. Fijarnos en los distintos tipos de nutrientes, no solo es importante la cantidad de calorías que nos aporta un producto, sino también, y aún más importante si cabe, de qué tipo de nutriente proceden estas calorías. Importante fijarnos en las calorías que vienen de las grasas y los azúcares.
4. Limitar ciertos nutrientes. Un alto consumo de grasa, especialmente del tipo saturado y trans, colesterol o sodio puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, cáncer o hipertensión, entre otros problemas de salud.
NUTRIENTE | BAJO CONTENIDO POR 100 GRAMOS | ALTO CONTENIDO POR 100 GRAMOS |
Grasa total | Menos de 3 g | Más de 20 g |
Grasa saturada | Menos de 1,5 g | Más de 5 g |
Azúcar | Menos de 5 g | Más de 15 g |
Sal/Sodio | Menos de 0,3 g (0,1 g de sodio) | Más de 1,5 (0,6 g de sodio) |
Cantidad Diaria Orientativa (CDO) | Menos de 5 % | Más de 20 % |
5. Aumentar el consumo de frutas, vegetales y productos a base de granos enteros para reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, ciertos tipos de cánceres, diabetes o colesterol alto.
6. Buscar y comparar entre distintas marcas comerciales mismos alimentos y elegir aquellas opciones más adecuados en cuanto a todo lo que se comentaba anteriormente.