Publicado por Hospital Juan Cardona el 2 de mayo de 2018 10:00:00 CEST
La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado, con una exagerada hipersensibilidad (alodinia e hiperalgesia) en múltiples áreas corporales y puntos predefinidos, sin alteraciones orgánicas demostrables. Se relaciona con una gran variedad de síntomas, entre los que destacan la fatiga persistente y el sueño no reparador. Además suele coexistir con otros trastornos reumatológicos y psiquiátricos. Te explicamos sus causas y posibles tratamientos.
¿A quién puede afectar?
La fibromialgia afecta aproximadamente entre un 2 a un 5% de la población general de diferentes países:
- Alemania: 3,2%
- España: 2,4% (Entre 0,7 a un 20% en diferentes estudios)
- Estados Unidos: 2%
- Francia: 1,4%
- Italia: 3,7%
- Portugal: 3,6%
- Suecia: 2,5%
- Mexico 2,3%
Afecta a las mujeres 10 veces más que los hombres.
Se observa mayoritariamente entre los 20 y los 50 años de edad, aunque existen casos de niños y ancianos aquejados de esta enfermedad. Entre 10 y 20% de los ingresos a clínicas especializadas en reumatología reciben el diagnóstico de fibromialgia, sin embargo se estima que alrededor del 90% de quienes deberían enmarcarse en un cuadro de fibromialgia permanecen sin diagnóstico, ya sea por desconocimiento del personal sanitario acerca de la misma o porque muchos profesionales no la reconocen como enfermedad.
Las personas con artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunes tienden particularmente a desarrollar fibromialgia.
Causas de esta enfermedad
Nadie conoce la causa de la fibromialgia. Se ha observado su relación con:
- trastornos del sistema nervioso central y periférico,
- alteración en los neurotransmisores y hormonas,
- alteraciones en el sueño,
- factores genéticos,
- alteraciones en el sistema inmunológico,
- alteraciones psiquiátricas,
- estrés físico o mental, y
- alteración en los tejidos periféricos.
En algunos casos se ha relacionado con otras enfermedades reumatológicas, infecciones, trauma físico, sustancias químicas, vacunas y con la sensibilidad al gluten no celíaca.
— PIDE CITA CON NUESTRO DEPARTAMENTO DE NEUROFISIOLOGÍA —
SÍNTOMAS
Dolor musculoesquético
El principal elemento caracterizador de la fibromialgia es el dolor musculoesquelético difuso y generalizado o rigidez prominente que afecta al menos 3 localizaciones anatómicas por más de 3 meses, sin lo cual no se puede realizar el diagnóstico del trastorno. El dolor suele ser intenso y en muchas ocasiones difícil de describir, y en general, empeora con el ejercicio físico intenso, el frío y el estrés emocional.
Los sitios frecuentes en los cuales se presentan los síntomas de fibromialgia incluyen la región lumbar (espalda baja), cuello, tórax y muslos. La alteración de los músculos se refiere a un calambre doloroso y localizado que en ocasiones se asocia con otros problemas. En algunos casos se observa espasmo muscular localizado.
Trastornos psiquícos
Entre el 70 y el 90% de quienes padecen fibromialgia refieren también trastornos del sueño, expresados como un sueño no reparador, ligero e inestable. Estos trastornos consisten básicamente en abundantes pesadillas, sueño no reparador, que puede ser el causante de un trastorno conocido como hipersomnio diurno, y gran cantidad de descargas dolorosas en los músculos durante el sueño.
DIAGNÓSTICO
Los síntomas de la fibromialgia pueden aparecer y desaparecer con el tiempo, por lo qu puede llevar un largo tiempo hasta que se la diagnostique. No existe una prueba específica para la fibromialgia.
La fibromialgia no se puede confirmar ni descartar con facilidad mediante un simple análisis de laboratorio. El médico no puede detectarla en tu sangre ni verla en una radiografía. La fibromialgia parece estar vinculada con cambios en la forma en que el cerebro y la médula espinal procesan las señales de dolor.
En las pautas del American College of Rheumatology (Colegio Estadounidense de Reumatología) para el diagnóstico de la fibromialgia, uno de los criterios es el dolor generalizado en todo el cuerpo durante al menos tres meses. «Generalizado» se define como dolor en ambos lados del cuerpo, y también arriba y abajo de la cintura.
Otras características frecuentes de la fibromialgia suelen ser más dolor cuando se aplica presión firme en zonas específicas del cuerpo, llamadas «puntos sensibles».
Si bien como el dolor puede ir y venir, existen pautas alternativas para que los médicos usen en la práctica general. Estos criterios de diagnóstico comprenden:
- Dolor generalizado que dura por lo menos tres meses
- Presencia de otros síntomas, como fatiga, cansancio al despertarse y dificultad para pensar
- Ausencia de otra afección preexistente que puede estar causando los síntomas
Es importante determinar si los síntomas se deben a algún otro problema oculto. Algunos culpables frecuentes son:
- Enfermedades reumáticas. Algunas afecciones, como la artritis reumatoide, el síndrome de Sjögren y el lupus, pueden comenzar con dolores generalizados.
- Problemas de salud mental. Los trastornos como la depresión y la ansiedad a menudo presentan dolores generalizados.
- Trastornos neurológicos. En algunos casos, la fibromialgia provoca entumecimiento y hormigueo, síntomas que se parecen a los de trastornos como la esclerosis múltiple y la miastenia grave.
Otras pruebas que pueden ser necesarias
Si bien no existe un análisis de laboratorio para confirmar el diagnóstico de fibromialgia, el médico posiblemente quiera descartar otras enfermedades con síntomas similares. Los análisis de sangre pueden comprender:
- Hemograma completo
- Velocidad de eritrosedimentación
- Análisis de la función tiroidea
- Niveles de vitamina D
El médico también puede someterte a una exploración física exhaustiva de los músculos y las articulaciones, así como a un examen neurológico para buscar otras causas de los síntomas. Si existe la probabilidad de que tengas apnea del sueño, es posible que el médico recomiende un estudio del sueño.
— PIDE CITA CON NUESTRO DEPARTAMENTO DE NEUROFISIOLOGÍA —
Tratamientos para la fibromialgia
Aunque todavía no existe una cura universalmente aceptada para la fibromialgia, hay tratamientos que han demostrado durante ensayos clínicos controlados ser eficaces en la reducción de los síntomas como la educación del paciente, el ejercicio, las terapias conductuales y el consumo de ciertos fármacos.
La fibromialgia puede ser difícil de tratar y se suele tener mejores resultados si el tratamiento es manejado por médicos de varias disciplinas familiarizados con esta condición y su tratamiento, una aproximación denominada tratamiento multidisciplinario.
Algunos especialistas involucrados en el tratamiento de la fibromialgia incluyen médicos de cabecera, internistas generales, reumatólogos, fisioterapeuta, entre otros.
Terapias no farmacológicas
Entre estas, las intervenciones nutricionales están demostrando actualmente una creciente importancia. Los programas incluyen la educación nutricional, dietas específicas, suplementos nutricionales y estrategias para perder peso.
El personalizar el plan de tratamiento suele ser efectivo para que se adapte a las necesidades individuales de cada paciente.
Algunos pacientes presentan síntomas leves y necesitan muy poco tratamiento una vez que comprenden el trastorno que padecen y lo que la empeora. Otras personas, sin embargo, necesitan un programa de cuidado completo, que incluirá medicamentos, ejercicio y entrenamiento acerca de las técnicas para el manejo del dolor.
La estimulación magnética transcraneana reduce el dolor en pacientes con fibromialgia, con resultados comparables con las terapias farmacológicas.
Tratamientos farmacológicos
En el tratamiento de la fibromialgia se incluyen fármacos de los siguientes tipos:
- Antidepresivos tricíclicos.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
- Antidepreseivos inhibidores duales de la recaptación de la serotonina y la noradrenalina.
- Inhibidores reversibles de la monoaminooxidasa.
- Antiinflamatorios no esteroidales.
- Antiepilépticos (o «reguladores del ánimo»).
- Agonistas GABA.
- Hipnóticos.
- Relajantes musculares.
- Terapia hormonal.
Bibliografía: Taylor, Robert B. (2006). Medicina de familia (6ta edición). Elsevier, España.