- El domingo se conmemora el Día contra el cáncer y los especialistas recuerdan que el deporte ayuda a mitigar algunos efectos secundarios del tratamiento, reduce la fatiga, mejora el estado de ánimo, la movilidad, la fuerza y ayuda a un sueño saludable.
- «Hacer ejercicio durante el tratamiento de quimioterapia puede ayudar a calmar efectos secundarios como la fatiga y las náuseas, y puede reforzar el sistema inmunitario», explica Andrea Rodríguez, responsable de Fisioterapia del Hospital Ribera Juan Cardona.
En el contexto del Día Internacional contra el cáncer, que se conmemora el domingo 4 de febrero, oncólogos del grupo sanitario Ribera han recordado la importancia del ejercicio físico regular, en concreto de bajo impacto, y sus beneficios para mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero también para prevenir esta enfermedad y ayudar a su recuperación.
«El ejercicio físico resulta muy beneficioso para las personas que han sido diagnosticadas de cáncer, tanto para la tolerancia al tratamiento como para su recuperación y mejora de la calidad de vida, así como la prevención de la enfermedad en la población sana», asegura el doctor Jose Balsalobre, oncólogo del hospital Ribera Virgen de la Caridad (Cartagena).
«Cada vez hay más conciencia social del beneficio del ejercicio físico para la salud, pero todavía muchos pacientes con cáncer consideran que el ejercicio está contraindicado durante el tratamiento. Hay que seguir trabajando y rompiendo barreras para que los pacientes sigan activos a pesar de su enfermedad y los tratamientos. La astenia es uno de los síntomas asociados al cáncer, es el cansancio patológico que no se alivia con el reposo, pero que, paradójicamente, mejora con la práctica de actividad física», explica Andrea Rodríguez, la responsable de Fisioterapia del Hospital Ribera Juan Cardona.
«Los beneficios del ejercicio en estos pacientes son múltiples», explica la doctora Magda Palka, oncóloga del Hospital Universitario de Torrejón. «Mejora la astenia, el sueño, la ansiedad, el estado nutricional y el control del peso corporal, la percepción del proceso, el dolor muscular y óseo generalizado, y además, reduce la necesidad de medicación, y mejora el estado cognitivo», explica.
El doctor Balsalobre añade a los efectos positivos ya citados otros como mejores índices de supervivencia y menor riesgo de recaída, mejora la movilidad, el sistema inmunológico y la función cardiovascular y multitud de beneficios asociados con la salud mental del paciente oncológico. «El ejercicio ayuda no solo a controlar el estrés y la ansiedad sino también a mantener la independencia y la autoestima y a la recuperación emocional», apunta la doctora Palka.
«El tipo de ejercicio recomendado va a depender más del estado de salud del paciente que de otros factores como la edad. El objetivo es mantenerse tan activo como se pueda. La gente que era sedentaria antes del tratamiento contra el cáncer debe iniciar su actividad con ejercicio de baja intensidad, tal como salir a caminar durante sesiones cortas. Aquella persona que físicamente se encuentra bien, es independiente para las actividades diarias y ha realizado ejercicio anteriormente, suele recomendarse un ejercicio de mayor intensidad y duración», puntualiza Andrea Rodríguez. «Durante el tratamiento de un tumor, el equipo médico, junto al fisioterapeuta, aconsejarán un tipo u otro de ejercicio a cada paciente».
«Hacer ejercicio durante el tratamiento de quimioterapia puede ayudar a calmar efectos secundarios como la fatiga y las náuseas, y puede reforzar el sistema inmunitario. Los efectos secundarios de la quimioterapia, a veces, pueden hacer más difícil hacer ejercicio, pero se trata de mantenerse lo más activo posible. Caminar es una buena forma de comenzar con el ejercicio», recomienda la fisioterapeuta del Ribera Juan Cardona.
Hay algunos efectos secundarios de la quimioterapia que pueden condicionar la práctica de ejercicio por lo que hay que tomar ciertas precauciones como evitar gimnasios o lugares con mucha gente en caso de recuento bajo de glóbulos blancos, descansar en caso de anemia, y siempre consultar al médico en caso de afecciones cardíacas o dificultades al respirar para diseñar un plan de movimientos e intensidad adecuados. Además, hay que tener cuidado con los pacientes en tratamiento de Radioterapia donde el cuidado de la piel es primordial, por lo que el ejercicio físico tendrá que producirse lejos de la zona irradiada.
Para la doctora Palka, «el objetivo debe ser siempre disfrutar de la práctica deportiva, incorporarla a los hábitos de vida saludable y beneficiarse de sus buenos efectos». Insiste, como el resto de especialistas del grupo, en que es importante adaptar el ejercicio a cada paciente y «no hacer movimientos que nos produzcan dolor o un cansancio excesivo».
Pie de Foto : Andrea Rodríguez, responsable de Fisioterapia del Hospital Ribera Juan Cardona.