En Asturias, el dolor lumbar se ha convertido en la dolencia crónica más declarada. La Encuesta de Salud para Asturias de 2019 apuntaba que afecta de modo habitual al 31 % de los asturianos astursalud.es, con una frecuencia que aumenta con la edad. A nivel nacional, el Barómetro del dolor crónico en España 2022 sitúa la prevalencia en 25,9 % de la población adulta fundaciongrunenthal.es, con un 27,1 % de pacientes que desconocen el origen de su dolor.
Especialistas en primera línea, traumatología
Que el dolor lumbar sea la causa más común, seguido de contracturas musculares, dolor cervical y artrosis,hace que los pacientes se dirijan en primer lugar al servicio de traumatología. Los traumatólogos del Hospital Ribera Covadonga, en Gijón, advierten que, generalmente, “el paciente llega tras haber intentado controlar el dolor por su cuenta, abusando de analgésicos o acudiendo al fisioterapeuta”. En la mayoría de los casos, estas medidas son contraproducentes, los especialistas del servicio de traumatología, recomiendan “cuando un paciente tiene dolor que no remite con analgésicos debe acudir al especialista para un diagnóstico preciso y pautar el tratamiento eficaz antes de que se cronifique.
La anestesiología contra el dolor crónico
El anestesiólogo Martín Carpintero, nuevo miembro de la Unidad del Dolor del Hospital Ribera Covadonga en Gijón, atiende diariamente a pacientes derivados de traumatología que conviven con dolor crónico. Él recuerda que, pese a la magnitud del problema, hay esperanza. “La noticia más importante y esperanzadora es que el dolor, en la mayoría de las ocasiones, se puede aliviar”.

Su equipo aborda desde lumbalgias y cervicalgias hasta dolor articular, cefaleas y neuralgias postherpéticas. La estrategia comienza con un diagnóstico preciso y continúa con un plan terapéutico personalizado. A la medicación escalonada según la guía de la Organización Mundial de la Salud, añade técnicas intervencionistas como infiltraciones guiadas y radiofrecuencia para reducir la inflamación y mejorar la movilidad. Estas intervenciones se realizan en quirófano para garantizar la seguridad y permiten disminuir el consumo de fármacos y sus efectos secundarios.
Hábitos de vida: movimiento y seguridad
Aunque la medicina intervencionista es fundamental, la tendencia actual apuesta por complementarla con cambios en el estilo de vida. La doctora Marianela Carrio promueve un enfoque holístico basado en nutrición, movimiento y gestión del estrés.
La Dra. Marianela, médico especialista Psiconeuroinmunología, recomienda a sus pacientes con dolor crónico, alimentación antiinflamatoria, que incluye una dieta rica en verduras, frutas, cereales integrales, legumbres y frutos secos que puede reducir la inflamación y mejorar los síntomas de enfermedades reumáticas y fibromialgia. La dieta mediterránea, abundante en aceite de oliva, pescado y hortalizas y pobre en productos ultraprocesados, ha mostrado beneficios significativos en la reducción de la inflamación y el dolor.

La recomendación de reposo ha quedado atrás. La actividad física pautada y controlada disminuye la intensidad del dolor y mejora la funcionalidad sin aumentar los riesgos. “Los pacientes temen que el ejercicio empeore su situación, pero los estudios muestran que el dolor muscular inicial desaparece si la actividad es segura” asegura la Dra. Marianela Carrio.
El dolor crónico es también un estigma social, a menudo los pacientes que sufren dolor crónico, ven limitada su vida social, relaciones íntimas y situación laboral. En estos casos, técnicas para la gestión del estrés y el apoyo emocional pueden ayudar al bienestar del paciente. La meditación y el mindfulness contribuyen a disminuir la ansiedad y la percepción del dolor. Dormir bien y contar con un círculo de apoyo también se asocian a mejores resultados.
Los especialistas del tratamiento dolor crónico en el Hospital Ribera Covadonga en Gijón, concluyen que la combinación de tratamiento del dolor crónico desde la anestesiología, y estrategias de autocuidado constituye la respuesta más eficaz para un problema que afecta a cerca de un tercio de los asturianos. Los especialistas coinciden en que la clave es personalizar la terapia, reducir la medicación innecesaria y apostar por un estilo de vida saludable.
Este enfoque multidisciplinar, persigues mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir su impacto en los aspectos económicos y sociales de su entorno.
