En nuestra profesión nos encontramos cantidad de pacientes con patologías musculo-esqueléticas agudas y crónicas, que en múltiples ocasiones han sido tratadas «a ciegas», pero con el tiempo estas prácticas han ido cambiando.
Dichas patologías requieren largos periodos de tratamiento, por carecer de un diagnóstico claro y, por lo tanto, de un tratamiento poco efectivo. Gracias a los ecógrafos podemos valorar, tratar y observar la evolución de las lesiones y con ello llevar a cabo las técnicas más apropiadas para su adecuada recuperación.
También, es importante no olvidar la realización de una buena historia clínica, una adecuada exploración y las pruebas complementarias que sean necesarias por parte del traumatólogo.
El diagnóstico médico final permitirá la localización de la lesión, el adecuado tratamiento y verificaremos su recuperación.
Gracias a la ecografía, podemos focalizar el tratamiento e intervenir de una manera precisa con diversas técnicas, ya sea con técnicas de punción seca, EPI, micro-corrientes, etc. Además, es una herramienta que permite el estudio dinámico, rápido, eficaz, inocuo, en tiempo real y comparativo.
Todo profesional de este ámbito que quiera abordar una lesión de forma correcta, debería recibir una formación continua acerca de esta técnica para cumplimentar un tratamiento efectivo.