Este hallazgo proviene de un estudio experimental realizado en ratones hembra, que mostró que cuando se administró cafeína durante la gestación y la lactancia, existió un efecto perjudicial significativo en la actividad cerebral de las crías. En concreto, se observaron un aumento del riesgo de crisis epilépticas y un deterioro de la memoria espacial.
Para el estudio, los investigadores administraron a las ratonas una cantidad de cafeína equivalente a dos o tres tazas de café en los seres humanos. Los resultados pusieron de manifiesto que la cafeína impedía el movimiento de ciertas neuronas de un área del cerebro, lo que afectó especialmente a la memoria espacial.
Aunque estos resultados no son aplicables necesariamente a los seres humanos, constituyen un conjunto de datos básicos que indica que la cafeína puede ser perjudicial durante la gestación y la lactancia, según explica en el trabajo su investigador principal, Christophe Bernard, del instituto INSERM de París.
En este estudio, los investigadores no ofrecieron una conclusión acerca de si el consumo de café es perjudicial para los niños y en qué cantidad. Sin embargo, según un estudio anterior realizado en Suecia, los hijos de las mujeres que consumen al menos una taza de café al día, pesan menos al nacer. Por este motivo, desde la Organización Mundial de la Salud se recomienda no beber más dos tazas grandes de café al día durante la gestación.