En esta etapa disminuye la producción de estrógenos y progesterona que lleva a que la grasa se acumule en la zona abdominal, lo que supone un mayor riesgo cardiovascular (pueden darse patologías como colesterolemia, hipertensión arterial o diabetes tipo 2 entre otros). Pero estos cambios no son determinantes y se pueden evitar cambiando los hábitos alimentarios y manteniendo una buena actividad física.
Recomendaciones generales:
• Disminuir el consumo de calorías: cambios asociados a la edad como son el aumento de grasa y la disminución de masa muscular hacen que las necesidades calóricas sean menores.
• Mantener una alimentación equilibrada: Consumir mayor cantidad de frutas, verduras, legumbres, lácteos desnatados, cereales integrales y pescado azul. Evitar alimentos ricos en grasa (carnes grasas, embutidos, lácteos enteros, bollería, galletas, bebidas alcohólicas y tabaco).
• Vida más activa y ejercicio físico: tanto si queremos bajar de peso como si queremos evitar que éste aumente es importantísimo la práctica de ejercicio físico como caminar entre 45-60 minutos a un ritmo moderado. Además éste buen hábito disminuye el riesgo cardiovascular, enfermedades metabólicas, osteoarticulares y mejora la autoestima.