Tras cinco años de seguimiento, los investigadores han observado que las personas que seguían dieta mediterránea y tenían una determinada variante de este gen (que suponían un 17% del total de sujetos), desarrollaron una menor incidencia de infartos de miocardio y una reducción del riesgo del 60% frente a las personas del mismo grupo que recibieron la misma dieta pero que no tenían esa variante genética. Por el contrario, estos efectos protectores, no se observaron en el grupo control los cuales no recibieron dieta mediterránea.
Con ello se confirman dos cosas: 1) los efectos protectores a nivel cardiovascular de la dieta mediterránea; y 2) que hay un grupo de personas que genéticamente se benefician más que otras del efecto protector frente al infarto de miocardio al seguir dieta mediterránea.
Todavía queda mucho por descubrir en esta materia, pero lo que queda claro son los efectos protectores atribuibles a nuestra dieta mediterránea. El Servicio de Nutrición de Cardiosalus apuesta por ella y te animamos a cambiar tus hábitos alimenticios.
Sus profesionales están aquí para ofrecerte la guía que necesites y prevenir así las enfermedades cardiovasculares, que recordemos supone el primer motivo de muerte en España.