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    Cómo prevenir las enfermedes cardiovasculares

    Factores de riesgo cardiovascular

    El 90% de los infartos se asocia a factores de riesgo clásicos conocidos y fácilmente modificables y prevenibles, como son la hipertensión, el colesterol elevado, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo y la obesidad. Los factores de riesgo más importantes son la diabetes y la obesidad, factores estrechamente relacionados con la mala nutrición. Esto sucede a causa de que nuestra sociedad ha pasado de un modelo de alimentación basado en los productos naturales a la comida rápida y los productos precocinados.

    El tipo de obesidad más peligrosa es la obesidad abdominal u obesidad central, es decir, el exceso de grasa que se acumula en torno a la cintura. Este tipo de obesidad favorece la acumulación de grasa alrededor de distintos órganos como el hígado (obesidad visceral). En los hombres, la medida de la cintura no debe exceder de los 102 centímetros, mientras que las mujeres no deben tener más de 88 cm de cintura.

    El sedentarismo es otro de los factores que, junto a la mala alimentación, puede conducir a la alteración de las cifras de la presión arterial, el colesterol, los lípidos en sangre, la obesidad y la diabetes.
    Las campañas que se realizan para promover la actividad física entre la población son muy bien recibidas por el público en general. Sin embargo, la parte de la población que más necesita la actividad deportiva son precisamente las que llevan una vida más sedentaria.

    En salud, siempre es mejor prevenir

    Ocho de cada diez infartos se podrían evitar dejando de fumar, practicando con regularidad algún ejercicio físico y manteniendo una dieta sana. Estos hábitos saludables reducen la hipertensión arterial, el nivel de lípidos (colesterol y triglicéridos) y previenen la diabetes (o mejoran su control, si el individuo ya la padece).

    Desde Cardiosalus, te ayudamos a conseguirlo. Porque cuidamos tu salud. Ponemos a tu disposición nuestros programas y los mejores profesionales para ayudarte a comer bien, bajar peso, hacer ejercicio de forma adecuada y controlar tu tensión arterial y tus lípidos. Con reconocimientos periódicos y los mejores profesionales:

    • – Seguir una dieta sana y cardiosaludable para prevenir el sobrepeso, la obesidad y, en particular, la obesidad abdominal.
    • – Para combatir la obesidad en general, hay que mantener el índice de masa corporal (IMC) por debajo de 24,9. El IMC se obtiene a partir del peso y la altura de cada individuo. Este índice nos indica si una persona tiene un peso insuficiente, normal, sobrepeso u obesidad en distintos grados.
    • – Practicar con regularidad algún ejercicio físico de intensidad moderada. Una buena opción es pasear a buen ritmo entre 30 y 60 minutos diarios, al menos cinco días por semana.
    • – No fumar.
    • – Acudir al médico cada cierto tiempo para conocer los factores de riesgo de cada uno. Porque con la medida de la presión arterial y un análisis de sangre se puede saber si la presión arterial, los lípidos y la glucosa (azúcar) en sangre se encuentran dentro de los parámetros de la normalidad. De lo contrario, hay que tomar medidas.

    Niveles saludables

    En general, la presión arterial debería ser inferior a 90 mm Hg para la diastólica y menor a 140 mm Hg para la sistólica; el colesterol LDL debería situarse en menos de 130 mg/dl; y para valorar la glucemia, la hemoglobina glicosilada, debería estar por debajo del 6,5%. En personas que ya han sufrido un primer infarto de miocardio, estas cifras todavía deben ser más estrictas y estar más bajas.

    Los resultados de esta analítica, combinados con la edad del individuo y el IMC, así como la medida del perímetro abdominal, o circunferencia de la cintura, permiten estimar el riesgo cardiovascular de cada persona. Para ello, existen distintas tablas de cálculo de riesgo cardiovascular, como la de Framingham, la Score y la REGICOR, que son utilizadas por los profesionales de la medicina.

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