Turrones, mazapán, mantecados y polvorones. Para muchos, sinónimo de las fiestas navideñas; para otros, todo lo que deben evitar si quieren cuidar su salud. Como viene siendo habitual en esta época del año abundan las recomendaciones de las autoridades sanitarias sobre cómo afrontar las celebraciones de la manera más saludable. Y aunque se repiten año tras año, la temida báscula refleja todo lo contrario a lo que nos habíamos propuesto: evitar los excesos.
¿Alguna vez has pensado en hacer un “autochequeo de saciedad”? es decir, te has cuestionado ¿cómo me he quedado tras la cena de empresa, la fiesta con los amigos o la comida familiar del día siguiente? La respuesta podría medirse siguiendo la siguiente escala. Del 1 al 5 me encuentro: (1)hambriento, (2)ligeramente hambriento, (3) cómodo, (4)un poco incómodo por estar demasiado lleno, (5)demasiado lleno como para encontrarme bien, incluso indigesto. Reflexionar sobre ello, puede ayudarnos a evitar los excesos.
Durante estos días los Servicios de Nutrición y Dietética de nuestros hospitales están difundiendo una serie de consejos para evitar caer en los estados 1 ó 5, siendo sin lugar a dudas, el estado 3 el más óptimo.
Pero, ¿es posible sobrevivir a la Navidad sin renunciar a las delicias gastronómicas? Sí, si tenemos en cuenta algunas medidas preventivas. ¡Toma nota!
- Planificar días previos y posteriores. Intenta que predominen las verduras, la fruta y los platos a la plancha durante los días de “tregua” antes de la siguiente fiesta navideña.
- Cuidado con el alcohol. Oblígate a decidir cuántas copas vas a tomar y recuerda no mezclar los diferentes tipos de bebidas.
- Almorzar/merendar antes de una comida/cena navideña. Si llegas con un hambre atroz, será muy difícil que puedas ser consciente de lo que comes.
- No hagas la sobremesa frente a la tentadora bandeja de turrones.
- Si cocinas tú, prueba con adaptaciones de recetas menos calóricas. Recupera los platos tradicionales que, además de ser más saludables y económicos, resultan familiares al paladar de los más mayores.
Y una última observación, pero no por ello la menos importante. Para muchas personas, llegar a final de mes es un verdadero quebradero de cabeza, y más en esta época del año. Por eso, desde aquí, nos gustaría hacer un llamamiento a la solidaridad. No desperdicies nada de la cesta de la compra y no lo tires, pues todo lo que se ahorre en comida durante estos días, mejorará nuestra salud y si es donado a una ONG, también a la de los más desfavorecidos.