Imagina escuchar un zumbido, un pitido o un silbido constante… sin que haya ningún sonido real a tu alrededor. Así describen muchas personas lo que sienten cuando sufren acúfenos, también conocidos como tinnitus. En esta entrada al blog de salud del grupo Ribera, hoy vamos a hablar de acúfenos, qué son, por qué aparecen y cómo pueden tratarse.
Qué son los acúfenos
Los acúfenos «son ruidos molestos que algunas personas escuchan en sus oídos o en la cabeza, aunque no haya ninguna fuente de sonido externa. Pueden sonar como zumbidos, pitidos, silbidos o incluso ruidos de campanas», explica el doctor Miguel Mayo, especialista en Otorrinolaringología del hospital Ribera Polusa.
Aunque los acúfenos no suelen representar un problema grave de salud, sí pueden afectar profundamente al bienestar diario de quienes los padecen. Como resume el doctor Mayo “es como tener un ruido de fondo que nunca desaparece y que puede llegar a ser muy incómodo”.
Síntomas: diferentes para cada persona
Los acúfenos se manifiestan de forma diferente en cada individuo. Algunas personas perciben un zumbido constante, otras escuchan pitidos intermitentes, y hay quienes lo describen como un silbido o incluso un ruido de maquinaria. Además, la intensidad y el tono pueden variar a lo largo del día, e incluso de un día a otro, lo que hace que cada caso sea único.
Qué causa los acúfenos
Las causas son múltiples y, en ocasiones, difíciles de identificar con precisión. En muchos casos, están relacionados con la pérdida de audición, la exposición prolongada a ruidos fuertes o problemas en el oído interno. También pueden estar asociados a infecciones, tapones de cerumen, enfermedades vasculares o incluso al estrés y la ansiedad. Como señala el doctor Mayo, «en algunos casos no encontramos una causa clara, lo que puede ser frustrante para el paciente».
A quién afectan los acúfenos
Se estima que entre el 10% y el 15% de la población experimenta acúfenos en algún momento de su vida. En la mayoría de los casos, se perciben de forma leve y apenas alteran la rutina diaria. Sin embargo, entre un 1% y un 2% de los afectados experimenta un nivel tan intenso que puede interferir con el sueño, la concentración y el estado de ánimo, llegando a provocar ansiedad o depresión.
Aunque cualquier persona puede desarrollar acúfenos, son más frecuentes a partir de los 40 o 50 años, sobre todo en personas con pérdida auditiva relacionada con la edad. También son habituales en profesionales expuestos a ruidos fuertes, como músicos o militares, y en quienes han sufrido infecciones o traumatismos en el oído. El estrés emocional, en cualquier etapa de la vida, puede intensificar la percepción del acúfeno.
Tratamiento para los acúfenos
Hasta hace pocos años, no existían tratamientos realmente eficaces para los acúfenos. Hoy en día, aunque no hay una cura definitiva, sí disponemos de herramientas útiles para controlar sus efectos. “Lo más importante es un enfoque personalizado que ayude a que el paciente aprenda a convivir con el acúfeno y que este no le afecte tanto en su día a día”, subraya el doctor Mayo.
Las opciones de tratamiento incluyen:
- Terapias de reentrenamiento (TRT): Consisten en combinar sonidos suaves y apoyo psicológico para «educar» al cerebro a no prestar atención al acúfeno. Se usan generadores de sonido personalizados y sesiones de orientación terapéutica.
- Terapia cognitivo-conductual: Ayuda a reducir el impacto emocional del acúfeno.
- Técnicas de relajación y mindfulness: Reducen la ansiedad y el estrés que pueden agravar los síntomas.
- Audífonos especiales: En personas con pérdida auditiva, pueden atenuar la percepción del acúfeno.
- Medicación específica: En algunos casos, se utilizan fármacos que mejoran la circulación del oído interno o que ayudan a dormir mejor o a reducir el nerviosismo.
Conclusión: aprender a convivir con el silencio que no se va
Aunque los acúfenos pueden ser un reto, los avances terapéuticos permiten que muchas personas recuperen su calidad de vida. Si sientes alguno de estos síntomas, no los ignores. Consultar con un especialista puede marcar la diferencia. Como recuerda el doctor Miguel Mayo, aunque el acúfeno no desaparezca, «lo importante es que deje de dominar la vida del paciente».
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