Prolapso genital femenino: qué es, causas y consejos

Se calcula que aproximadamente el 20% de las mujeres que han llegado a la menopausia tienen un problema de prolapso genital en mayor o menor medida, esto es, el desprendimiento o deslizamiento de los órganos pélvicos (útero, vagina, vejiga urinaria, uretra o recto) dese su posición normal, y a través de la vagina, en dirección a la vulva (órganos genitales externos de la mujer). En este artículo, te explicamos por qué se produce, qué problemas ocasiona a la mujer y cómo puede prevenirse.

El suelo pélvico es un grupo de músculos cuya función es sostener los órganos que se encuentran en la parte baja del abdomen como la vejiga, el útero y la porción final del intestino. Está localizado en la zona inferior de la pelvis, rodeando el ano y la vagina. Estos músculos deben ser flexibles pero, al mismo tiempo, deben ser fuertes para permitir y ayudar a controlar la micción, la defecación y el parto.

Cuando estos músculos se debilitan, los órganos pélvicos pueden descender desde su posición normal, y a través de la vagina, hasta los órganos genitales externos de la mujer. Esto es lo que se conoce como prolapso genital femenino.

Se trata de un problema de salud que, debido a sus síntomas (dolores, trastornos urinarios o de defecación, dificultades a la hora de mantener relaciones sexuales, molestias al caminar), interfiere considerablemente en la calidad de la vida de las mujeres que lo padecen, pudiendo ser causa de aislamiento social, pérdida de autoestima y depresión. 

prolapso genital

Causas

  • El envejecimiento normal de la mujer.
  • Partos múltiples o complejos.
  • La falta de estrógenos después de la menopausia.
  • Afecciones que ejercen presión sobre los músculos pélvicos, como la tos crónica y la obesidad.

El esfuerzo repetitivo para defecar debido a un estreñimiento prolongado puede empeorar el problema.

Algunas recomendaciones

  • Consulta con tu médico sobre la utilidad de realizar ejercicios de suelo pélvico.
  • Utiliza ropa cómoda.
  • Consigue un adecuado hábito miccional (orina con frecuencia y de forma programada cada 2 horas o cuando tengas sensación de micción).
  • Controla el estreñimiento.
  • Sigue una dieta equilibrada y rica en fibra y evita las comidas grasas, condimentadas y con especias.
  • Evita la obesidad.
  • Distribuye a lo largo del día la toma de líquidos.
  • Realiza una adecuada higiene diaria del área urogenital.