¿Sabías que cerca de 1.000 niños se han beneficiado del Programa de Prevención y Tratamiento de la Obesidad Infantil puesto en marcha en 2012 en el Departamento de Salud del Vinalopó? Los expertos están de acuerdo: nunca es tarde para aprender sobre alimentación sana y equilibrada y ejercicio adecuado. Y no sólo los expertos: de un tiempo a esta parte entidades públicas y privadas han decidido entrar de lleno en la prevención de la obesidad infantil con iniciativas orientadas tanto a educadores como a padres y a los propios afectados. Y entre ellas se enmarcan los Talleres Infantiles Saludables de Vinalopó Salud. En ellos se aportan pautas de nutrición y deporte para que los propios niños y adolescentes aprendan jugando, así como un amplio catálogo de recursos para adultos.
El objetivo de todas ellas es lograr beneficios a largo plazo, tanto para el niño como para la familia, ya que el cambio en los hábitos es mucho más fácil en edades tempranas que en la edad adulta. Y para ello, los especialistas consideran esencial trabajar en la prevención de la obesidad concienciando a pediatras, enfermeras, educadores y padres, sobre la importancia de fomentar una alimentación tradicional basada en la dieta mediterránea y la conveniencia del ejercicio físico entre los más pequeños, entre otras recomendaciones.
Los profesionales de Vinalopó Salud destacan que “el exceso de peso afecta al 30% de niños en la Comunidad Valenciana, de los cuales el 10% son obesos y el 20% tiene sobrepeso, por lo que se ha convertido en un problema de salud pública que hay que abordar y prevenir, sobre todo por las consecuencias que puede tener en cuanto a patologías cardiovasculares o diabetes”.
Según nuestros especialistas, estas son algunas recomendaciones a tener en cuenta:
- Servir raciones adecuadas para la edad del niño.
- Tener en el hogar una variedad de hortalizas, frutas y cereales integrales.
- Escoger leche y productos lácteos bajos en grasa o desnatados.
- Limitar el consumo de carnes rojas o de derivados cárnicos.
- Promover el consumo de legumbres y frutos secos.
- Retirar de la vista del niño las tentaciones ricas en calorías. Se debe limitar el consumo de azúcar, bollería y, sobre todo, bebidas azucaradas.
- Fomentar la actividad física.
- La bebida para calmar la sed debe ser el agua. El consumo habitual de zumos está desaconsejado.
- Restringir a no más de dos horas diarias el tiempo que los niños dedican a ver televisión, jugar a videojuegos o a navegar por Internet.