Más de un 11% de la población española tiene problemas de audición, según el estudio Eurotrack, encargado por la Asociación Nacional de Audioprotesistas cada año. De ellos, solo el 27 por ciento son leves, y el resto de los casos son moderados (46%) o graves (27%).
Mañana, día 3 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Audición y en la entrada al blog de salud de hoy vamos a hablar de algunas de las trabas con las que conviven las personas que tratan su problema de audición y llevan audífonos, como los pitidos o los acoples en el caso de los modelos con bluetooth.
Qué causa ruidos en los audífonos
Las causas más habituales que provocan pitidos en los audífonos son:
- Acumulación de cerumen en el oído y obstrucción del conducto auditivo interno
- Aparatos antiguos: con el paso del tiempo, los moldes dan de sí y ese espacio favorece los pitidos.
- Aumenta la pérdida de audición y se sube en exceso el volumen del audífono. Esto favorece los acoplamientos y los pitidos.
En general, el micrófono del aparato se acopla por un efecto de retroalimentación, que es habitual en cualquiera de estos supuestos.
Recientemente, GNDiario recogió la opinión de la doctora Lorena Sanz, del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario de Torrejón, gestionado por el grupo sanitario Ribera, acerca de los pitidos que escuchan algunos pacientes que llevan audífonos. En muchos de los casos, asegura, estos pacientes tienen problemas de acumulación de cerumen en sus oídos. “El cerumen es la mezcla de la piel, sudor, pelo y desechos, como puede ser el champú o la suciedad, que se unen al líquido secretado por las glándulas ceruminosas. Al introducir el audífono, estas glándulas se inflaman y al mismo tiempo la producción de cera del conducto auditivo aumenta”, asegura. Si esto sucede, “se pueden obstruir tanto el amplificador y los micrófonos con la cera, de forma que se suele acoplar el audífono y los pacientes están incómodos”.
Consejos para limpiar bien los oídos
Para mantener los oídos lo más limpios posible, la doctora Sanz recomienda «simplemente quitar los excesos de humedad con el pico de una toalla o usando aceite de almendra, para intentar disminuir la producción de cera y que el ph sea lo más parecido al de la piel de la cara». No recomienda, por tanto, el uso de bastoncillos ni sprays, ni en los casos de uso de audífonos ni en el caso de oídos sanos. El uso de bastoncillos puede hacer que la cera se desplace hacia dentro del oído, llegando a provocar un tapón. Los sprays anti-cerumen, explica, generan una ligera humedad que no favorece al oído.
Es importante saber, además, que estos pequeños problemas de ajuste con los audífonos son, en general, de menor importancia que las consecuencias que para la salud física y mental tiene la no detección de una pérdida auditiva o la ignorancia del diagnóstico. No es fácil, en general, aceptar la necesidad de utilizar audífonos, pero sí que está demostrado que las personas que tienen una pérdida auditiva y no ponen remedio tienen una probabilidad media alta de padecer ansiedad, depresión o agotamiento, y que existe una correlación demostrada entre la pérdida de audición y la demencia, sobre todo en personas de edad avanzada.
Así que si se confirma una pérdida de audición y el especialista te aconseja llevar audífonos, no lo dudes. Hoy en día existen modelos y sistemas estéticamente muy discretos.
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