La artrosis de rodilla es un problema muy frecuente en la población, afectando a más del 80% de los mayores de 65 años. La artrosis se produce por la destrucción y pérdida del cartílago articular, que disminuye el grosor e incluso puede desaparecer por completo con el tiempo. Las siguientes propuestas, elaboradas por nuestros profesionales, tienen como objetivo reconocer y prevenir los factores que provocan la artrosis y mejorar sus síntomas.
¿Qué favorece la artrosis?
- El sobrepeso favorece la aparición de artrosis al aumentar la presión realizada sobre la articulación y provoca la ruptura del cartílago.
- Ciertas actividades profesionales que someten la rodilla a sobrecargas repetitivas, predisponen a la aparición de artrosis.
- Ciertas actividades físicas de alta intensidad favorecen la aparición de artrosis temprana; por el contrario, la actividad de moderada intensidad es necesaria para un buen funcionamiento de la rodilla e incluso puede prevenir la aparición y retrasar la progresión de la artrosis.
- Las lesiones meniscales y ligamentosas de la rodilla favorecen la aparición temprana de la artrosis.
- La edad es el factor de riesgo más relacionado con la artrosis. Por este motivo, la artrosis es considerada una enfermedad asociada al envejecimiento del aparato locomotor.
- La genética, aunque todavía se desconoce la naturaleza exacta de esta influencia.
¿Cómo mejorar los síntomas?
- Actividad física de intensidad moderada: caminar, ir en bicicleta, natación, ejercicios sencillos de rehabilitación. El ejercicio protege la articulación y aumenta la fuerza de los músculos.
- Pérdida de peso.
- Si tienes la rodilla inflamada, ponte frío encima; te calmará el dolor.
- Puedes tomar analgésicos tipo paracetamol y, en algunos casos, antiinflamatorios; también son útiles las cremas de antiinflamatorios (consúltalo con tu médico de familia).
- Las vitaminas, productos de herboristería y otros suplementos no son útiles.
- Reposo: es beneficioso durante las fases de mayor dolor. Intenta mantener reposo aproximadamente 24 horas tras un brote de dolor intenso. Es bueno intercalar pequeños periodos de reposo durante las actividades de la vida diaria.
- No sobrecargues las articulaciones: usa bastón en el lado menos dolorido (disminuye el dolor y te dará seguridad). Cuando te duelan, no las tienes que forzar. En la fase de dolor evita caminar mucho y subir y bajar escaleras. Espera a que el dolor mejore para volver a la normalidad.
- Las rodilleras pueden empeorar porque aprietan, aunque algunas personas se sienten más seguras.
- Usa calzado adecuado: suela gruesa, plantillas o taloneras de silicona, zapato con ligero tacón.
- Siéntate en sillas altas con reposabrazos. Te costará menos levantarte.
- No te arrodilles ni te pongas en cuclillas.
- Balnearios: las aguas mineromedicinales mejoran el dolor y relajan la musculatura.
- Actitud positiva: la artrosis permite mantener una vida personal y familiar completa.
- En los casos muy dolorosos e invalidantes te pueden plantear la operación para poner una prótesis de rodilla.
Ejercicios de rehabilitación
Si sigues un programa de ejercicios, mejorarás la fuerza, la resistencia y función de las rodillas y el dolor. Es tan eficaz como tomar antiinflamatorios.
- Siempre que no tengas dolor, camina con regularidad por terreno plano o pedalea, baila, nada, haz ejercicios en la piscina. Aumenta la duración gradualmente hasta 45-60 minutos 3 a 5 días a la semana.
- Es esencial mover, estirar y fortalecer diariamente las articulaciones con artrosis para mantenerlas flexibles y fuertes.
- Sentado/a en una mesa, estira la pierna. Cuando lo puedas hacer bien, puedes poner un poco de peso encima del tobillo. Después, mueve la punta del pie acercándola y alejándola.
- Tumbado/a de espaldas con las piernas estiradas, dirige la punta del pie hacia la cabeza, apretando con fuerza la rodilla contra el suelo.
Más información en:
- Programas de ejercicios. Sociedad Española de Medicina Física y Rehabilitación.
- Protocolo de ejercicios de rodilla.