Mamá, papá. Nos preparamos para la llegada del bebé.

La llegada de un bebé es uno de los momentos más importantes de nuestra vida. Con el embarazo, nos cambia el cuerpo, sí. Pero en muchos casos también empezamos a ver la vida de otra manera: desde pequeñas cuestiones domésticas a las relacionadas con salud, la familia o los grandes debates globales. Nos sigue importando el presente, claro, pero ahora nos preocupa mucho el futuro, porque en él estará nuestro hijo o hija.

Y como para todo gran momento, debemos prepararnos, no sólo físicamente. ¿Influye nuestro estado anímico en el momento del parto? Sin duda. “El parto es un proceso fisiológico universal influenciado por factores psicológicos, emocionales y sociales que debemos de respetar”, asegura la supervisora del Área de Atención Integral a la Mujer de los departamentos de salud de Torrevieja y Vinalopó, Elisabeth Ramírez.

Ramírez, que además es matrona, explica a YoSalud que durante el proceso del parto, “todas las mujer desarrollan sus propias expectativas y emociones, que variarán a lo largo del mismo, y que influirán en que la percepción de la experiencia sea positiva o no tanto”. 

Así, el dolor que cada mujer espera sentir le puede provocar ansiedad o miedo. Nuestra experta asegura que “puede aparecer miedo a no ser capaz, a sufrir, a la aparición de complicaciones en el parto o también un temor relacionado con el bebé”. Pero en muchos casos estos sentimientos pueden ser positivos, explica, y la futura madre siente alegría, confianza, fuerza y satisfacción. “El reconocimiento de dichas emociones por parte de la mujer, su familia y los profesionales que atendemos el proceso de nacimiento, así como su influencia en la experiencia del mismo, hacen que se planteen estrategias de preparación mental, enfocadas a que la mujer aumente el sentimiento de control para hacer frente al parto y viva con satisfacción esta maravillosa experiencia”, asegura la supervisora del Área de Atención Integral a la Mujer de Torrevieja y Vinalopó.

En esta preparación, sin duda, tiene un papel fundamental la matrona, que es quien ofrece un apoyo continuo a la futura mamá, y facilita toda la información que piden la mujer y su pareja durante las consultas llevadas a cabo en el seguimiento del embarazo y en la sesiones de educación maternal.

Además, la matrona ofrece herramientas comunicativas, de gestión mental, técnicas de relajación y visualización a la futura mamá, consiguiendo una preparación individual y óptima de la mujer de cara al parto, permitiendo que en el momento del nacimiento del bebé, el cuerpo y la mente respondan de una manera fisiológica, aumentando así la satisfacción de la experiencia vivida con resultados óptimos en el proceso del nacimiento del bebé y haciendo que ésta sea una experiencia única.

Para nuestra experta, también el acompañante tiene un papel importante en el sentido de control de la mujer durante el parto. “Puede ayudar, y mucho, con técnicas de masajes que le enseñamos, estimulando la respiración de la mujer o simplemente cogiéndole la mano, para transmitirle confianza y apoyo, e influyendo positivamente en las emociones que la mujer siente en ese momento”, asegura Elisabeth Ramírez.

Sin duda, una experiencia positiva del proceso del parto “fortalece el vínculo madre-hijo, afianza el desempeño del nuevo rol, favorece el éxito de una lactancia eficaz y mantenida, define las expectativas ante posibles próximos partos e incluso mejora la relación con la pareja”, concluye nuestra experta.

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