Durante los meses de invierno, el frío y otras condiciones climáticas extremas, como el viento fuerte, pueden tener un impacto significativo en la salud de nuestra piel. En esta entrada al blog de salud del grupo sanitario Ribera, vamos a explicar cuáles son los efectos del frío sobre la piel, los síntomas y patologías asociadas más frecuentes y también daremos algunos consejos para intentar evitar el impacto de las bajas temperaturas en la piel.
La «xerosis de invierno» y sus causas
La piel seca, o «xerosis de invierno» es una de las afecciones más comunes en esta época del año. Este término, que reemplaza al clásico «picor de invierno», describe la reducción de hidratación cutánea provocada por alteraciones en la diferenciación epidérmica, pérdida de la función barrera y un aumento de la pérdida de agua transepidérmica. El doctor Óscar Suárez, especialista del Servicio de Dermatología del hospital Ribera Juan Cardona, explica que la piel “tarda entre tres y cuatro semanas en desarrollar sequedad tras la llegada del frío, y un periodo similar para recuperarse al comentar las temperaturas más cálidas”.
El problema se agrava, según explica, con el uso de sistemas de calefacción modernos, que secan el ambiente, y la tendencia a darnos duchas calientes, “lo que acelera la pérdida de agua cutánea y exacerba la sequedad. Esto afecta especialmente a personas mayores, ya que la edad es otro factor predisponente”.
Síntomas y patologías de la piel más frecuentes en invierno
Los síntomas más comunes de la piel seca incluyen:
- Picor intenso.
- Piel descamada, rugosa y con falta de elasticidad.
- En casos graves, enrojecimiento, grietas y eccema.
Además de la xerosis, el frío puede desencadenar o agravar diversas patologías, entre las que destacamos las siguientes:
- Sabañones (perniosis): Placas inflamatorias rojas-violáceas en zonas como dedos, manos, pies y orejas, caracterizadas por picor o dolor. Su incidencia ha disminuido, salvo en profesiones o actividades expuestas al frío.
- Fenómeno de Raynaud: Vasoconstricción extrema en los dedos, que pasa por tres fases: palidez, coloración azulada y enrojecimiento. Este fenómeno puede ser signo de enfermedades más graves conocidas como conectivopatías.
- Rosácea: Esta enfermedad, frecuente en personas de piel clara y mediana edad, puede agravarse en invierno, provocando tirantez, ardor y episodios de rubefacción debido a cambios bruscos de temperatura.
- Urticaria por frío y paniculitis por frío: Aunque poco comunes, son ejemplos de cómo el frío extremo puede inducir reacciones inflamatorias en la piel.
- Labios agrietados: Los labios, particularmente vulnerables por su fina capa oleosa protectora, pueden secarse y agrietarse más fácilmente con el frío. Los pacientes con dermatitis atópica son especialmente propensos.
Consejos para prevenir y tratar los efectos del frío en la piel
El doctor Óscar Suárez recomienda algunas acciones para prevenir y mitigar los efectos del frío en la piel:
- Hidratación adecuada: Utilizar hidratantes en crema específicas para cada tipo de piel y patología. En casos de grietas o fisuras, aplicar corticoides de baja potencia combinados con cremas antibióticas.
- Evitar duchas calientes prolongadas: Optar por agua tibia para minimizar la pérdida de hidratación y prevenir la exacerbación de patologías como la dermatitis atópica o la rosácea.
- Proteger la piel del frío: Usar ropa adecuada como guantes, bufandas y gorros, pero evitando excesos que puedan provocar sudoración y foliculitis, especialmente en niños con dermatitis atópica.
- Cuidado de los labios: Aplicar emolientes grasos frecuentemente y evitar hábitos como morderse o chuparse los labios.
- Control de ambientes: Mantener la humedad en el hogar utilizando humidificadores para contrarrestar los efectos del aire seco de la calefacción.
En resumen. Debemos recordar que la piel es una barrera vital que requiere cuidados específicos en invierno. La prevención y el tratamiento adecuado no solo mejoran su apariencia y función, sino que también evitan complicaciones. Con el asesoramiento de especialistas como el doctor Suárez, es posible disfrutar de una piel saludable incluso durante las estaciones más frías del año.
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