Una buena nutrición es fundamental para el correcto crecimiento con salud de los más pequeños. Por eso, con motivo del Día de la Nutrición, la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) ha celebrado la jornada “enseñar a comer, enseñar a crecer” centrada en la importancia de transmitir los valores correctos a los más pequeños con tal de evitar enfermedades tales como la obesidad y el sobrepeso. La obesidad acorta la esperanza de vida, esta relacionada con 5 de las 10 primeras cusas de mortalidad en España y cuesta en nuestro país 2.500 millones de euros. Como ejemplo, en estos momentos el 30 % de los niños españoles presenta obesidad.
La Doctora Pilar Luna, jefa del Servicio de Nutrición y Dietética del Hospital Universitario de la Ribera, recomienda este decálogo sobre hábitos alimentarios que te presentamos. Siguiendo estos fáciles consejos saludables pensados para padres y niños, dotaremos de pedagogía los hábitos más cotidianos permitiendo que los más pequeños interioricen la importancia de seguir una dieta saludable, variada y equilibrada. Os recordamos que los niños se guían más por lo que ven que hacemos, que por lo que decimos que hacemos. Por eso es tan importante que las personas con niños a su cargo coman adecuadamente.
1.- Comenzad el día con un buen desayuno. Las prisas y los estrictos ritmos a los que nos enfrentamos nos privan en muchas ocasiones del tiempo del desayuno y, lo que es todavía peor, también privan de ese tiempo a nuestros hijos. Es fundamental comenzar el día con el aporte adecuado de alimentos, rendiremos más en nuestro trabajo y nuestros hijos estarán más despiertos en el cole. Incluid en el desayuno un lácteo, zumo o fruta y cereales integrales o un par de tostadas con aceite de oliva o tomate natural. Huye de bollos, y dulces con excesivo aporte calórico así como del exceso de azúcar. Si se cena mucho no se tiene sensación de hambre en el desayuno. Cambiar estos hábitos es fundamental en la dieta.
2.- Es muy importante realizar las cinco comidas diarias. Para no llegar con demasiada hambre a la comida o la cena, debéis almorzar y también merendar. En ambas tomas debe aportarse una cantidad de pan o cereales, como hacemos en el desayuno además de un lácteo y fruta o zumo.
3.- Si los horarios de trabajo y colegios impiden comer todos juntos, intentad buscar un rato en la merienda o cena, y no renunciéis a ello los fines de semana. Los cambios en la comida deben ser progresivos y debemos intentar que las comidas y cenas sean momentos agradables.
4.- Enseñad a los pequeños a comer con agua. Los refrescos azucarados no pueden sustituir al agua durante la comida. El consumo excesivo de azúcar proviene de los dulces, chucherías y refrescos comerciales y son la causa fundamental de la Diabetes del adulto, por lo que deben tomarse solo de forma muy ocasional. En los últimos años hemos pasado de comer 9 kg/persona/año/ a tomar 30kg/persona/año.
5.- Es importante planificar el menú de la semana con antelación haciendo partícipes a los niños. De esta forma aprenderán la importancia de tomar todo tipo de alimentos variados, tanto los que les gustan y son necesarios, como los que no les resultan tan atractivos, pero son indispensables en su dieta. Por eso es bueno consumir los productos de temporada, que además tiene mejor precio y calidad.
6.- Si disponéis de terreno, o incluso en macetas en el balcón, plantad en ellos algún producto como tomates pequeños, coles… Esto les enseña los ciclos de la naturaleza acercándoles además a los alimentos.
7.- Cocinad en familia. Haced partícipes a los niños de la preparación de sus platos. Preparar platos atractivos contando con la ayuda de los pequeños puede ser un aliado en el momento de ingerirlos.
8.- Las legumbres, los cereales, el pescado, la carne, las frutas y las verduras son los imprescindibles que no deben faltar en ninguna dieta semanal. Una sola ración al día es suficiente. Si los niños comen en el cole debemos conocer qué han comido para poder saber que cenarán.
9.- Convertid la cena en otra reunión familiar. Realizad una cena ligera. Ensalada, fruta y un lácteo pueden ser suficientes si ya tomaron la carne o el pescado en la comida. Procurad no cenar excesivamente tarde para poder realizar la digestión antes de ir a la cama.
10.- No transformes un problema de comida en un problema de llamada de atención como herramienta para conseguir sus propósitos (tanto si come mucho como si come poco), o habrás perdido la batalla. Habla de ello seriamente con los niños y mantén unas normas saludables con amor (es el mejor envoltorio y el que mejor resultados consigue)