¡Qué gran invento es el aire acondicionado! Y al mismo tiempo, ¡qué mal se pasa cuando no se regula de forma adecuada! La garganta es una de las víctimas del mejor antídoto contra el calor y por eso, en la entrada al blog de salud de hoy, vamos a contarte los consejos que nos dan varios profesionales del grupo sanitario Ribera para proteger la garganta, y todos los órganos de esta parte de nuestro cuerpo, de los efectos nocivos del aire acondicionado.
Como la mayoría de los españoles, seguramente tienes que trabajar varias semanas este verano. Y aunque no vuelvas de vacaciones hasta septiembre, seguirá haciendo tanto calor en la mayor parte de España, que la entrada al blog de salud de hoy te servirá igualmente. Incluso si estás de vacaciones. Porque hoy en día, en muchos casos el aire nos acompaña en nuestro periplo vacacional.
Marta Romero, neurologopeda de la Unidad Daño Cerebral del hospital Ribera Virgen de la Caridad, recuerda que el aire acondicionado puede producir molestias en la faringe, carraspeo, irritación en la mucosa, sensación de sequedad y quemazón, tos persistente y dolor de cabeza, entre otros síntomas, siendo el origen de resfriados, faringitis, rinitis, amigdalitis, bronquitis y, en los casos más graves, de neumonías.
Elena Gras, logopeda en el Hospital Universitario del Vinalopó, explica además que “la sequedad faríngea puede alterar el timbre y la sonoridad de la voz” y los cambios bruscos de temperatura “pueden producir inflamación de la faringe y alterar la calidad de la voz”.
Consejos para cuidar la garganta del aire acondicionado
- Regula la temperatura del aire para que sea adecuada al entorno, la concurrencia de personas, la hora del día y la exposición al sol.
- Evita dormir con el aire acondicionado encendido. La temperatura corporal disminuye cuando dormimos y por eso, se recomienda apagar el aire acondicionado o nunca a una temperatura inferior a 25°C.
- Mantén una buena humedad en el ambiente. Se recomienda que la humedad esté entre 40% y 60%. Usa un humidificador para combatir la deshidratación del ambiente provocada por los aparatos de aire.
- Limpia de vez en cuando los filtros. La acumulación de polen, ácaros o polvo pueden provocar enfermedades respiratorias.
- Hidrátate correctamente. Evitará que tu garganta se reseque por el clima y mantendrá activas las mucosas que protegen las cuerdas vocales. Si habitualmente se recomienda beber litro y medio de agua al día, con altas temperaturas y exposición al aire acondicionado se recomiendan 3 litros.
- Realiza lavados nasales para evitar respirar por la boca. La nariz limpia calienta y humedece el aire que respiramos, mientras que la boca no realiza esta función y permite al aire entrar sin purificar, frío y seco. En consecuencia, nos predispone a padecer faringitis, sequedad faríngea, resfriados y laringitis.
- Evita carraspear. Si notas la garganta seca, bebe agua.
- Limita la exposición directa al aire acondicionado, en especial a las salidas del aire (el chorro directo).
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