La celiaquía, también conocida como enfermedad celíaca, es una afección crónica del sistema inmunológico que afecta al intestino delgado. Se desencadena por la ingesta de gluten, una proteína presente en cereales como el trigo, la cebada y el centeno. En las personas celíacas, el gluten provoca una respuesta inmunitaria anormal que daña las vellosidades intestinales, impidiendo la correcta absorción de nutrientes. Los especialistas de Digestivo del grupo sanitario Ribera trabajan para prevenir esta patología y tratar a pacientes diagnosticados con celiaquía, con una atención personalizada y un abordaje integral. Pero aprovechamos que ayer se conmemoró el Día Mundial del celíaco para adentrarnos un poco más en esta patología y explicar cómo y por qué se desarrolla, qué síntomas produce y lo que los padres necesitan saber en el caso de tener un niño celíaco.
Cómo y por qué se desarrolla la celiaquía
La celiaquía tiene un origen multifactorial. Está asociada a una predisposición genética —en particular, a los genes HLA-DQ2 y HLA-DQ8— pero para que se desarrolle es necesario que la persona consuma gluten. Además, pueden influir factores ambientales, como infecciones gastrointestinales, cambios en la dieta o situaciones de estrés que alteren el sistema inmunológico.
Aunque durante mucho tiempo se consideró una enfermedad infantil, hoy se sabe que puede manifestarse a cualquier edad, incluso en personas mayores. Lo importante es detectar los síntomas y acudir al especialista para un diagnóstico adecuado.
Cómo se detecta la celiaquía
El diagnóstico de la celiaquía comienza con una sospecha clínica basada en los síntomas del paciente, aunque estos pueden ser muy variables. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
- Dolor o hinchazón abdominal
- Diarrea crónica o estreñimiento
- Pérdida de peso inexplicada
- Fatiga o debilidad
- Anemia ferropénica (por falta de hierro)
- Retraso del crecimiento (en niños)
- Irritabilidad o cambios de humor
En adultos también pueden aparecer síntomas menos evidentes, como dolores articulares, infertilidad o alteraciones en la piel (como la dermatitis herpetiforme).
Para confirmar el diagnóstico, se realiza un análisis de sangre que mide ciertos anticuerpos (anti-transglutaminasa, anti-endomisio y anti-gliadina). Si los resultados son positivos, se indica una biopsia del intestino delgado para observar el daño en las vellosidades. Es fundamental que estos estudios se hagan sin haber retirado el gluten de la dieta, ya que la ausencia de gluten puede enmascarar los resultados.
A qué edad se manifiesta la celiaquía
La celiaquía puede aparecer en cualquier momento de la vida, aunque hay dos picos de incidencia más frecuentes:
- En la infancia, especialmente entre los 6 meses y los 2 años, tras la introducción del gluten en la dieta.
- En la edad adulta, entre los 30 y 50 años, muchas veces desencadenada por un evento estresante, una cirugía, un embarazo o una infección.
Es importante entender que algunas personas pueden tener la enfermedad de forma “silenciosa” durante años y desarrollar síntomas solo más adelante.
Celiaquía en niños: lo que los padres deben saber
Detectar la celiaquía en niños puede ser más complicado, ya que los síntomas no siempre son claros. Los signos que pueden alertar a los padres incluyen:
- Retraso en el crecimiento o bajo peso
- Diarrea persistente o, en algunos casos, estreñimiento
- Abdomen hinchado
- Irritabilidad o cambios de humor sin causa aparente
- Náuseas o vómitos frecuentes
- Cansancio excesivo o falta de concentración
En algunos niños, los síntomas pueden ser tan sutiles que pasan desapercibidos. Por eso, si hay antecedentes familiares de celiaquía o enfermedades autoinmunes, es recomendable estar especialmente atentos. También se aconseja consultar con el pediatra si el niño muestra signos persistentes de malestar digestivo o retraso en su desarrollo físico o emocional.
La celiaquía es una enfermedad seria que, si no se diagnostica y trata a tiempo, puede tener consecuencias graves para la salud. Afortunadamente, con una dieta estricta sin gluten, las personas celíacas pueden llevar una vida normal y saludable. El diagnóstico precoz es clave, especialmente en niños, para evitar complicaciones y garantizar un buen desarrollo. Si tienes dudas o síntomas persistentes, no dudes en consultar con un especialista.
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