Apuesta por un juguete seguro y educativo para tu hijo

Hoy, Día Mundial de la Infancia, hablamos de niños y juguetes. No podemos olvidar que los juguetes y los juegos son fundamentales para la formación del niño, su desarrollo neurológico y su socialización. Por eso, en el momento de adquirir cualquier juguete, se deben observar las precauciones propias que se deben tener al realizar cualquier compra y hay que evitar dejarse influir por la publicidad utilizada para seducir a los más pequeños. En esta entrada te ofrecemos, con ayuda de profesionales del Hospital de La Ribera, consejos prácticos para escoger el juguete más adecuado.

Dos aspectos fundamentales deben centrar nuestras preocupaciones a la hora de comprar un juguete. En primer lugar, la educación ya que mediante los juguetes los niños aprenden cosas nuevas del mundo que les rodea, se socializan y adquieren conocimientos y valores. Y en segundo lugar, la seguridad. El juguete que compremos debe cumplir la normativa europea, no tener bordes cortantes ni puntas ni ser inflamable, entre otras cosas.

Juguetes y Educación

Los juguetes son muy importantes para el desarrollo y la formación del niño desde el mismo momento de su nacimiento. Son importantes para su desarrollo neurológico, para la definición de su esquema corporal, la mejora de sus sentidos, del lenguaje y el perfeccionamiento psicomotor. Los juguetes ayudan a la socialización del niño relacionándolo con otras personas de su entorno.

Los juguetes transmiten conocimientos. Los juguetes son muy importantes tanto para la adquisición de conocimientos, el más importante parece ser el lenguaje, como para el desarrollo de la imaginación del niño. Pero los juguetes también transmiten valores y formas de ver y entender el mundo que nos rodea. Por eso, es fundamental elegir, comprar y proporcionar al niño juguetes que eduquen en una sociedad igualitaria, pacífica y solidaria.

Hay numerosos estudios que demuestran que no existen durante los primeros años juegos exclusivos de niños y de niñas. No hay ningún problema de identificación sexual por los juguetes que el niño utilice durante la primera infancia. Por eso, no hay que forzar ni prohibir al niño durante los primeros años de su vida. Hay que dejarlo que juegue indistintamente con cualquier tipo de juguete y no condicionarle en función del sexo. Al acercarse a la pubertad y de forma espontánea, los niños irán seleccionando lo que más les guste.

Juguetes y Seguridad

Pero el juguete, además de ser adecuado a la edad del niño y permitir el desarrollo de su intelecto e imaginación, no debe presentar ningún riesgo para la salud del pequeño. Según diversos estudios, cada año se producen cerca de 10.000 accidentes que requieren asistencia médica por algo tan aparentemente inocuo como utilizar un juguete.

Las principales causas de accidentes en la manipulación de juguetes son la ingestión de elementos extraños, con el consiguiente riesgo de asfixia, las quemaduras, los golpes y las caídas. Piezas demasiado pequeñas, bordes cortantes o puntas afiladas pueden ser altamente peligrosos para la salud del niño.

Apuesta por un juguete seguro y educativo para tu hijo
Apuesta por un juguete seguro y educativo para tu hijo

 

El Mejor Juguete

Como resumen, el mejor juguete para el niño es aquel que es seguro, adecuado para su edad, que es divertido y conecta con sus intereses, que fomenta su imaginación y su participación, que le permite jugar con sus padres y con otros niños, que se puede utilizar mucho tiempo y con distintos usos y, por último, que desarrolle la solidaridad, el compañerismo y el afecto hacia otras personas.

 

Recuerda que…

  • Los juguetes son muy importantes para el desarrollo y la formación del niño desde el mismo momento de su nacimiento.
  • Hay que tener especial cuidado con aquellos juguetes que, por sus funciones, dimensiones o características, se destinan al uso de niños menores de treinta y seis meses.
  • Los juguetes han de contar con unas dimensiones suficientes para que no puedan ser tragados o inhalados.
  • Hay muchos estudios que demuestran que no existen durante los primeros años juegos exclusivos de niños y de niñas.