La amusia, coloquialmente conocida como «sordera musical,» es un trastorno neurológico que afecta la capacidad de percibir, procesar o producir música. Las personas que la padecen experimentan dificultades para distinguir tonos, ritmos o melodías, lo que puede hacer que escuchar música sea confuso o desagradable. Aunque suene raro, este trastorno no solo afecta a quienes tienen interés en la música, sino que también influye en la percepción de patrones sonoros en la vida cotidiana, afectando la calidad de vida. En el contexto del Día Internacional de la Música, que se celebra el próximo viernes día 22, vamos a explicar en esta entrada al blog de salud del grupo sanitario Ribera qué es la amusia, cuáles son sus síntomas y las alteraciones médicas y clínicas relacionadas.
Qué es la amusia
La amusia se considera un trastorno de la percepción y cognición musical. Puede ser congénita, es decir, estar presente desde el nacimiento, o adquirida, apareciendo tras un daño cerebral debido a un accidente cerebrovascular, traumatismo o alguna enfermedad neurodegenerativa. Aunque afecta a un pequeño porcentaje de la población, la amusia congénita se estima en un 4% de las personas, siendo más común de lo que se suele pensar.
Síntomas y manifestaciones
La amusia se manifiesta de diferentes maneras, dependiendo de si es congénita o adquirida. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Dificultad para reconocer canciones o melodías familiares.
- Inhabilidad para recordar tonos o ritmos, o para distinguirlos entre sí.
- Desafino al cantar o al intentar producir una melodía, sin que la persona se dé cuenta de que está desafinando.
- Molestia o confusión al escuchar música, que puede percibirse como ruido en lugar de una estructura melódica.
Tipos de amusia
Existen dos tipos principales de amusia:
- Amusia congénita: Se presenta desde el nacimiento. Las personas con esta forma de amusia suelen tener una percepción limitada de la estructura musical, y sus dificultades son a menudo detectadas en la infancia o adolescencia.
- Amusia adquirida: Esta forma aparece como consecuencia de un daño cerebral. Afecta comúnmente a personas que previamente podían percibir y disfrutar la música.
Además, algunos investigadores diferencian la amusia en subtipos, según la habilidad musical afectada, como la amusia de tono (dificultad para percibir los tonos), la amusia rítmica (problemas con los ritmos) y la amusia melódica (dificultad para reconocer melodías).
Alteraciones clínicas y médicas relacionadas
La amusia puede asociarse a ciertas alteraciones clínicas y neurológicas. En su forma adquirida, la amusia suele estar vinculada a lesiones en áreas específicas del cerebro, particularmente en el hemisferio derecho, que es el más implicado en el procesamiento musical. Las áreas más comunes son el lóbulo temporal superior y la corteza auditiva.
Además, algunas personas con amusia también pueden experimentar dificultades en el procesamiento del lenguaje, especialmente en la prosodia, que es el ritmo y la entonación del habla. Esto puede afectar la capacidad de entender el tono emocional en una conversación.
No se ha demostrado una relación directa entre la amusia y otros trastornos neuropsiquiátricos, pero sí se ha observado que los pacientes con ciertas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, pueden desarrollar dificultades en la percepción musical.
Investigación científica sobre la amusia
La amusia es un trastorno científicamente estudiado, aunque es relativamente reciente su inclusión en investigaciones en neuropsicología y neurociencia. Los avances en neuroimagen han permitido estudiar los cerebros de personas con amusia y compararlos con los de personas sin el trastorno, revelando diferencias en las áreas cerebrales relacionadas con la percepción musical. Estos estudios han sido fundamentales para entender cómo el cerebro procesa la música y qué ocurre cuando estas áreas están alteradas.
Asimismo, los estudios sobre la amusia han ayudado a los científicos a comprender mejor el procesamiento del sonido en general y cómo se relaciona con otros aspectos de la percepción y cognición humanas. Por ejemplo, algunos estudios muestran que las personas con amusia tienen dificultades para diferenciar tonos emocionales en el habla, lo que indica que este trastorno puede influir más allá de la música.
Conclusión
La amusia es un trastorno fascinante y a la vez, complejo, que arroja luz sobre cómo el cerebro humano procesa algo tan universal como la música. A pesar de que no tiene un tratamiento específico, conocer más sobre este trastorno ayuda a quienes lo padecen a comprender su condición y, en algunos casos, a encontrar formas de adaptarse.
Además, la investigación sobre la amusia no solo beneficia a quienes la padecen, sino que contribuye al conocimiento general sobre el cerebro, ayudando a descifrar cómo las áreas cerebrales que procesan la música influyen en otras áreas de nuestra vida cotidiana.
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