El peligro del alcohol en los jóvenes es, hoy en día, toda una realidad. La imagen de un grupo de jóvenes y hasta de adolescentes en las calles reunidos en torno al famoso “botellón” se ha convertido en España en algo habitual en el paisaje nocturno de los fines de semana. Una imagen, la de jóvenes y alcohol, a la que nos hemos acostumbrado pero que puede tener no pocos problemas sociales y sanitarios.
Y es que en los últimos años, el consumo de alcohol entre la población juvenil ha aumentado sensiblemente en España, siendo la droga psicoactiva más consumida, de la que más se abusa y la que más problemas sociales y sanitarios causa. Según la «Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España«, o ESTUDES, más del 75% de los jóvenes consume alcohol y el número de jóvenes binge drinkers, o bebedores episódicos por atracón, han aumentado su número y frecuencia de consumo desde 2003. Y la tendencia sigue hacia arriba.
Esta generalización del consumo y modas como el botellón, están facilitando el incremento, por parte de los jóvenes, del consumo de alcohol en forma de borracheras. Nuestros especialistas de Ribera Salud analizan en este post, el peligro del alcohol en los jóvenes y qué medidas pueden adoptarse para prevenir y moderar su consumo.
¿Cómo afecta el alcohol al cerebro de los jóvenes?
A lo largo de su ciclo vital, el cerebro experimenta cambios que serán más importantes en unas épocas que en otras. Uno de los momentos evolutivos claves es la transición de la infancia a la edad adulta, es decir, la adolescencia, periodo en el que el cerebro experimenta una gran transformación, siendo, por tanto, muy vulnerable. Hoy se sabe, a través de resonancia magnética nuclear, que la maduración del cerebro acaba entre los 21 y los 25 años.
Si durante este momento único en el crecimiento del cerebro interfiere el alcohol de forma intensiva, las consecuencias sobre éste pueden ser notorias, alterando su correcta maduración y, como consecuencia, pueden aparecer posteriormente diversos trastornos, que afectan al lóbulo frontal: reducción del flujo sanguíneo, baja capacidad de retener información, de la atención, de la capacidad organizativa y de la toma de decisiones y aumenta el riesgo de un posterior abuso y dependencia del alcohol.
¿Qué es el consumo intensivo de alcohol?
El consumo intensivo de alcohol (CIA), también conocido como “Binge drinking”, es una forma de consumo típico de muchos jóvenes y adolescentes, que consiste en un consumo esporádico de elevadas cantidades de alcohol en unas pocas horas. Esto es el verdadero problema del consumo de alcohol en los jóvenes.
Concretamente, se refiere al consumo de 6 o más bebidas alcohólicas (60 gr. de alcohol), durante un intervalo de 2 horas y en el que se consigue un nivel de alcoholemia de 0,5 gr./l.
Representa una forma de consumo que se relaciona con consecuencias sociales y de salud igual o incluso más importantes que las derivadas del consumo de riesgo regular, incluido el desarrollo posterior de abuso/dependencia al alcohol.
¿Cuáles son los riesgos del consumo intensivo de alcohol en los jóvenes?
- Físicos: Vómitos, desmayos, lagunas temporales, afectación de la maduración cerebral
- Sociales: Causar vergüenza, ponerse groseros o desagradables, arrepentirse de conductas durante el consumo
- Profesionales/Escolares: No asistir al trabajo/clase por indisposición, bajo rendimiento, dejadez de responsabilidades, afectación de los procesos de aprendizaje y memoria.
- Conductas de riesgo asociadas: Peleas, mantener relaciones sexuales sin protección, gamberradas, conducción temeraria, conductas violentas, daños a la propiedad, mayor riesgo de desarrollar una mayor dependencia
¿Qué podemos hacer los padres?
- Es muy importante que los padres retrasen al máximo la edad de inicio del consumo de alcohol de sus hijos. No ha de ser normal que beban tan pronto.
- Sé un buen ejemplo.Si tus hijos te ven abusar del alcohol aprenderán este comportamiento.
- Habla de los riesgos inmediatos del consumo de alcoholy no tanto del alcoholismo. Hágalo de forma positiva y amena. Infórmate sobre estos riesgos.
- Sé padre, no amigo.Muchos padres, con la intención de acercarse a sus hijos adolescentes, dejan de realizar las funciones de padres como, por ejemplo, invitarles a un sorbo, comprar la bebida, tolerar el consumo en determinadas fechas, dejarles beber en casa.
- El apoyo afectivo, la confianza y la apertura de los canales de comunicación no son suficientes, es igualmente necesaria la supervisión y el control.
- Con todos estos pasos, estarás transmitiendo actitudes y valores positivos para la prevención del uso y/o abuso del alcohol.
Esperamos que estos consejos te hayan sido útiles. Para conocer más consejos de salud, suscríbete a nuestra newsletter y recibe periódicamente las noticias más destacadas del blog Yo Salud.
En la actualidad el temas del alcoholismo en los jóvenes se ha convertido en un problema, ya que hay muchos jóvenes e incluso adolescentes que beben demasiado, no tienen control y que no se dan cuenta del daño que se están ocasionando, hay muchas riesgos por el consumo intensivo de alcohol, como se menciona en el artículo son: físicos (vómitos, desmayos) sociales (ponerse groseros o desagradables) profesionales/escolares (bajo rendimiento) y conducta de riesgo asociadas (peleas, conductas violetas), sin embargo, considero que hay que resaltar los siguientes riesgos : daña las células cerebrales (esto puede llevar a problemas de comportamiento y daño permanente a la memoria, el pensamiento), sobre carga el hígado de trabajo y conlleva depósitos de grasa en las células del órgano y puede ocasionar la enfermedad de esteatosis hepática y muchas enfermedades más. Pará que así los jóvenes abran los ojos y se den cuenta de todo el daño que se están causando. Tener en cuenta que también pueden pasarla bien sin tener que estar bebiendo alcohol, estar en una reunión con tus amigos, platicar, bailar, esta muy bien. Pero si ya el joven o el adolescente ya está muy dañado y no puede controlar esa adicción los padres deben apoyarlo, para salvar su vida de ese vicio ¿cómo? Lo primordial es ser un buen ejemplo, darle consejos (que el alcohol no es bueno) o también acudir a un centro de rehabilitación donde pueden ayudar al joven y que el joven o adolescente esté decidido a ayudarse a él mismo.