Periódicamente, y casi desde sus inicios, se ha cuestionado desde los detractores del Modelo Alzira, la presunta ausencia de control de la Administración Pública sobre las concesiones sanitarias. “Nunca se realizaron auditorías de cuentas o de inversiones, y lo que es peor, nunca se realizó una auditoría asistencial que garantizase la equidad en prestaciones ofertadas por las concesiones respecto de los departamentos de gestión pública”. Incluso el Presidente, Ximo Puig lanzó acusaciones tan graves como:“Las concesionarias funcionaban como paraísos fiscales” lo que justificaba, y así iniciaron desde su Gobierno, la puesta en marcha de una carrera de inspecciones sorpresas y de un Plan de Auditorías a las concesiones administrativas sanitarias.
Así pues, consideramos de interés recoger en esta sección los diferentes mecanismos de fiscalización a los que están sometidos, desde sus inicios, los departamentos públicos de gestión privada de la Comunitat Valenciana, para aclarar una nueva leyenda sobre el Modelo Alzira.
En primer lugar el pliego de condiciones, que se puede consultar en el portal de transparencia gva Oberta de la Generalitat, y que contempla explícitamente los distintos órganos de control por parte de la Administración Pública como son la Comisión Mixta, que preside el Conseller/a de Sanitat, y la Unidad del Comisionado. Se trata de dos instrumentos legales mediante los cuáles la Administración puede solicitar a las distintas concesiones cualquier tipo de información asistencial y rendir cuentas con las mismas.
Sigamos con el Plan Anual de Inspección de Servicios Sanitarios de la Conselleria de Sanitat que recoge el DOGV y se remontan al año 2011, cuando gobernaba el Partido Popular, donde se incluye la inspección de las concesiones administrativas, hospitales públicos y hospitales privados. Dentro de este Plan, el Hospital Universitario de La Ribera (durante el periodo de concesión administrativa) y el Hospital de Denia superaron auditorías a su servicio de Urgencias, en los años 2012 y 2014, y también fueron auditados otros servicios y áreas como hemodinámica, esterilización, hemodiálisis, transporte sanitario, higiene de manos o registros de vigilancia epidemiológica, entre otras. De todas estas auditorías, realizadas por inspectores funcionarios de la conselleria de Sanitat, existen informes y actas a disposición de quien lo solicite, y desde aquí, instamos a que se publiquen en el portal gva Oberta en aras de una mayor transparencia. La existencia de este Plan Anual y las citadas inspecciones contradicen de pleno las acusaciones de ausencia total de control por parte de la Administración en otros periodos.
Asimismo, históricamente, las distintas concesiones sanitarias se han sometido sin excepción a auditorías contables anuales por acreditadas empresas del sector con resultados satisfactorios. Además, las cuentas de las concesionarias son auditadas anualmente, como obliga la legislación vigente para las empresas, y sus resultados han sido remitidos históricamente a la conselleria de Sanitat, tanto la actual como la anterior. En el año 2015 la conselleria de Sanitat realizó por iniciativa propia y mediante una empresa externa, una auditoría de inversiones económicas al Hospital Universitario de la Ribera, al Hospital de Denia y al Hospital Universitario de Torrevieja; auditorías que finalizaron con el actual equipo de gobierno, y cuyos resultados fueron positivos según informó la propia Administración.
Otro mecanismo fiscalizador, en este caso asistencial son los Acuerdos de Gestión, que son pactos anuales que cada departamento de salud de la Comunidad Valenciana firma con la conselleria de Sanitat y donde se han venido midiendo entre 30 y 50 indicadores asistenciales, dependiendo del gobierno autonómico de turno. Son los mismos indicadores para todos los departamentos, sean de gestión directa o por concesión, y son datos que mide la propia conselleria de forma directa y que se remontan a más de 15 años. Las puntuaciones obtenidas por los diferentes departamentos generan una clasificación y ofrecen una posición relativa para cada uno de los indicadores analizados. Se trata de un mecanismo de control y benchmarking que funciona desde hace años y sus resultados se envían a cada departamento, con los datos y la media de la Comunidad, y en los que las concesiones y especialmente las gestionadas por Ribera Salud; La Ribera, Vinalopó y Torrevieja siempre han ocupado los primeros puestos.
Desde Ribera Salud abogamos porque se publiquen los resultados, como hacen otras Comunidades y otros países, para que los ciudadanos puedan comparar. A modo de ejemplo, las concesiones de Vinalopó y Torrevieja tienen menor demora para operaciones quirúrgicas o citas con el especialista, mejor porcentaje de pacientes atendidos en tiempo en Urgencia y mejores indicadores de promoción de la salud como control de riesgo cardiovascular o control de la diabetes o incluso mejor cribado de violencia de género.
Auditorías del Síndic de Comptes
Así las cosas en el periodo político anterior, el actual Consell de la Generalitat se marca como objetivo prioritario auditar los departamentos públicos de gestión privada con el objetivo de “articular medidas de control a las que renunció la anterior administración”, como declaró la entonces consellera, Carmen Montón.
Fiel a su obsesión, se inició una auténtica cruzada de “inspecciones sorpresa” por funcionarios de la Generalitat en los departamentos gestionados por Ribera Salud sin que hasta la fecha se haya encontrado “ninguna irregularidad o ningún motivo de sanción” como se reiteraba desde la Administración. Ahí están las actas de esas inspecciones desde 2016 para demostrar la ausencia de irregularidades.
Dentro de su anunciado Plan de Auditorías, la consellera Montón dio las instrucciones al Síndic de Comptes para que realizara la ya célebre “Auditoría operativa de la concesión de la asistencia sanitaria integral en el Departamento de Salud de Manises”
A la cual se une ahora la “Auditoría operativa de la concesión de la asistencia sanitaria integral en el Departamento de Salud de Torrevieja”
Paradójicamente, los resultados no fueron los esperados por la Generalitat Valenciana ya que estos informes evidencian, de nuevo, que las concesiones administrativas de La Ribera, Vinalopó y Torrevieja, son más eficientes en un 25%, con mejores indicadores asistenciales, mayor inversión en tecnología y mayor satisfacción entre sus pacientes que el resto de departamentos públicos de salud. Como ya es conocido, estos demoledores informes no han evitado que el pasado 1 de abril se consumara la reversión a la gestión pública del Departamento de Salud de La Ribera y que se haya anunciado en sucesivas ocasiones la del Hospital de Denia.
Certificaciones de calidad
Y para terminar, hablemos de las certificaciones oficiales de calidad. Los hospitales de Torrevieja y Vinalopo y los centros de salud de Crevillent, San Luis y Carlet, están acreditados por la Joint Comission Internacional (JCI) que garantiza al paciente el cumplimiento de estándares de excelencia en calidad reconocidos a escala internacional. Asimismo, el Hospital Universitario de La Ribera consiguió, durante la gestión de Ribera Salud 16 certificaciones de Calidad ISO 9001 de diferentes servicios, además de las de materia medioambiental ISO 14001, gestión energética ISO 50001 y seguridad y salud en el trabajo OSHAS 18001. Certificaciones que se desconoce si la actual administración tiene intención de renovar.
Pese a todas estas evidencias, los detractores del Modelo Alzira siguen reiterando una “falta de control público” a las concesiones administrativas sanitarias. Sin embargo, ha quedado patente, que el control público y las auditorías a las concesiones existen y han existido desde siempre, pues es una de las bases fundamentales del modelo de colaboración público privada.