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    Pacientes con enfermedades respiratorias pueden sufrir broncoespasmos o descompensación por la calima

    • Neumólogos del grupo sanitario Ribera advierten de los efectos del polvo en suspensión en pacientes con asma o EPOC, entre otros, y recuerdan que también afecta a personas sin patologías previas, aumentando el riesgo de bronquitis e infecciones respiratorias
    • Recomiendan especial cuidado con las embarazadas y personas mayores, el uso de mascarillas FFP2, evitar el ejercicio físico al aire libre, incluidos los paseos, y no abrir ventanas, además de mantener una correcta hidratación

    El polvo en suspensión o calima, como se conoce comúnmente a este fenómeno, está formado por un conjunto de partículas de polvo de diferentes tamaños, suspendidas en el aire que, al ser respiradas, pueden introducirse en las vías respiratorias y depositarse en los bronquios. Es por eso que, ante la repetición de estos episodios en gran parte de España, neumólogos del grupo sanitario Ribera advierten de que pacientes con enfermedades respiratorias, como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o asma, entre otros, “pueden sufrir broncoespasmos o una descompensación de su patología por esta causa”, explica la jefa de Neumología del Hospital Universitario de Torrejón, la doctora Soledad Alonso. Coincide con ella el doctor Miguel Ángel Ciscar, jefe del Servicio de Neumología delHospital de Denia. “En pacientes con enfermedades respiratorias previas, la calima puede empeorar sus síntomas habituales, sobre todo si están mucho tiempo en el exterior sin mascarilla, llegando a provocar más disnea o crisis asmáticas”, asegura.

    La doctora Dolores Corbacho, jefa de Servicio de Neumología del hospital Ribera Povisa (Vigo), explica que “los principales riesgos para la salud son a nivel respiratorio, por el tipo de partículas que contiene este polvo en suspensión: óxido de aluminio, sílice, arcilla, yeso y otros minerales”. Además, añade, “la calima puede llevar polen u hongos”. “La Organización Mundial de la Salud (OMS) fija el nivel máximo al que se puede estar expuesto con estos fenómenos y que “se suele superar en circunstancias como la actual, en ciudades distantes al foco de origen, como puede ser Vigo”, explica la jefa de Neumología de Povisa, que asegura también que hay estudios recientes que concluyen que “los días de calima sahariana conllevan un riesgo de hospitalización por enfermedades respiratorias”.

    Sin embargo, la calima no solo afecta a personas con patologías previas. También al conjunto de ciudadanos, si la exposición es larga y la cantidad de polvo en suspensión es abundante. “En personas sin patologías respiratorias, lo más habitual es que tengan picor de ojos, nariz o de garganta por la irritación que provoca el polvo en el organismo”, explica la doctora Alonso. También tos u obstrucción nasal. Pero, además, su compañera, la doctora Corbacho, asegura que la calima “aumenta el riesgo de bronquitis, y causa mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias”. Por eso se recomienda que tengan una especial precaución las embarazadas y las personas mayores, aunque no tengan problemas respiratorios.

    Consejos para evitar los efectos de la calima

    Para la población general los profesionales del grupo sanitario Ribera coinciden al recomendar que es importante salir a la calle con mascarilla FFP2, evitar estos días el ejercicio físico al aire libre, incluidos los paseos, no abrir las ventanas para ventilar y mantener una correcta hidratación. “Lo ideal es exponerse lo menos posible y para ello, lo mejor es quedarse en casa y salir para lo imprescindible, intentar cerrar bien las ventanas, beber muchos líquidos y evitar hacer deporte al aire libre”, asegura la doctora Corbacho. “En el caso de los enfermos respiratorios crónicos, además de todo lo anterior, tienen que llevar siempre encima el inhalador de rescate y hacer uso de él si notan que les afecta la calima y, en caso de empeoramiento sin mejoría, consultar con su médico.

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