Esta área engloba el estudio de las lesiones y alteraciones celulares, de tejidos y órganos (citologías y biopsias) para el diagnóstico de procesos tumorales.
El cáncer de cuello uterino (CCU) es la tercera neoplasia más frecuente en el mundo en las mujeres. El cribado de mujeres sanas mediante citología cervical ha demostrado claramente su eficacia, puesto que su aplicación de forma adecuada y sistemática en determinados países ha conseguido reducir en un 70-80% la incidencia y mortalidad por CCU.
El objetivo de esta prueba consiste en encontrar los cambios de las células del cuello que son precursores del cáncer antes de que empiecen a causar síntomas, permitiendo que los tratamientos sean eficaces. Esta prueba debe realizarse a partir del inicio de las relaciones sexuales y con una periodicidad variable según edad y condiciones, en la figura 1 se muestra el Algoritmo de cribado en función del subgrupo de edad. Se realiza un examen al microscopio de las células del cuello uterino teñidas mediante la tinción de Papanicolaou (Figura 2), con el fin de descubrir lesiones premalignas o malignas incipientes producidas por la infección del virus del papiloma humano (VPH).