El próximo 27 de octubre llega el cambio de hora de otoño -cuando a las 03:00h. serán las 02:00h.- A partir de esta fecha veremos modificadas las horas de luz, elemento fundamental para nuestro ritmo biológico, y tendremos que acostumbrarnos a esa nueva rutina. Fisiológicamente, el cambio de hora afecta a la secreción de melatonina, una hormona que regula el estado de vigilia y sueño según la luz solar.
El cambio de hora afecta al conocido como ritmo circadiano, un reloj interno que rige la actividad del ser humano y que se ve condicionado en parte por la disponibilidad de luz -con la falta de luz, en las últimas horas de la tarde y comienzo de la noche, nuestro cuerpo se va desactivando mientras que al mediodía, tenemos más energía-. Este reloj interno se verá modificado el próximo domingo, afectando a los ciclos de sueño y alimentación, especialmente en niños y personas mayores, más sensibles a esta modificación en el horario.
En este sentido, la Sociedad Española del Sueño se ha mostrado a favor del horario de invierno pues “promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, algo que contribuye a mejorar el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir la aparición de diversas enfermedades, como las cardiovasculares, la obesidad, el insomnio y la depresión».
¿Cómo notaremos el cambio de hora en nuestro organismo? Estos son algunos de los efectos:
- Desajustes en el sueño con la aparición de cansancio o fatiga
- Dificultad para mantener la concentración o atención
- Cambios en el tránsito intestinal
- Cambios de humor o un mayor nivel de estrés
Por tanto, si notas alguno de estos síntomas en los primeros días tras el cambio de hora, no te preocupes, no es más que una especie de jet lag que se pasará en seguida.