- El 30% de los casos se asocia a una enfermedad autoinmune, existe una predisposición genética y factores como el estrés o las infecciones pueden actuar como desencadenantes en la aparición de los brotes
- La mayoría de los casos están relacionados con el cuero cabelludo, pero también puede afectar a las cejas y la zona de la barba en los varones, provocando inseguridad, ansiedad y aislamiento social en muchos pacientes
Vigo, 1 de abril de 2022 – La dermatóloga de Ribera Povisa y responsable de la Unidad de Alopecia, Iria Montero, asegura que la alopecia areata “afecta, en algún momento de su vida, al 2% de la población” y no distingue entre sexos y edades. De hecho, “es más frecuente en niños y adultos jóvenes”. Sitúa además entre un 10 y un 20% la incidencia familiar, si bien el estrés y las infecciones “pueden actuar como desencadenantes”.
La alopecia areata es un tipo de alopecia no cicatricial de origen autoinmune, lo que significa, según explica la doctora Montero, que “nuestro propio organismo, por error, ataca a células del folículo piloso, provocando inflamación en la zona y la caída brusca del pelo”. De hecho, el 30% se asocia a alguna enfermedad autoinmune, añade, “y el pelo no volverá a crecer hasta que eliminemos esta inflamación localizada”.
La doctora Irene Latour, jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Vinalopó, insiste en que “afecta tanto a hombres como a mujeres”. Incluso, añade la doctora Almudena Monteagudo, jefa del Servicio de Dermatología del hospital de Denia, se tratan algunos casos de bebés, aunque no son frecuentes.
Latour detalla que “la más común es una única placa redondeada sin pelo y sin inflamación del cuero cabelludo, conocida como alopecia areata focal. Pero también es frecuente la aparición de varias placas pequeñas, en este caso es conocida como multifocal, y en un pequeño número de casos puede llegar a perderse todo el cabello del cuero cabelludo, lo que conocemos como alopecia areata total o incluso puede afectar a las cejas, pestañas y cuerpo, que llamamos alopecia areata universal”.
Además, hay factores que influyen en su aparición. “Aunque no es una enfermedad hereditaria, sí puede haber cierta tendencia familiar, en general compartida por otros procesos autoinmunes, como por ejemplo el hipotiroidismo autoinmune”, explica la doctora Monteagudo.
Sobre el tratamiento, evolución y seguimiento de estos pacientes, la doctora Montero asegura que suele ser “muy imprevisible” y generalmente cursa en brotes “de mayor o menor duración”. “El tratamiento de este tipo de alopecia se decide en función de la edad del paciente, la extensión y del tipo de evolución de la alopecia”, y añade que, a día de hoy, “existen opciones terapéuticas que ayudan a la repoblación en muchos pacientes”. Los tratamientos más usados suelen ser los corticoides tanto tópicos, como inyectados y orales, pero en casos muy extensos, explica la responsable de la Unidad Capilar de Ribera Povisa, “se pueden usar otros fármacos inmunosupresores como la ciclosporina, el metotrexato o la azatioprina. Incluso usamos inmunoterapia de contacto con difenciprona”.
La doctora Monteagudo, por su parte, asegura que “en más del 90% de los casos el tratamiento médico obtiene buenos resultados, aunque algunos necesitan varias sesiones y durante el primer año el riesgo de recaídas en mayor”. “La alopecia areata es una enfermedad relativamente frecuente en Dermatología. Con el tratamiento adecuado se puede conseguir una respuesta satisfactoria en la gran mayoría de los pacientes, aunque generalmente precisarán de seguimiento y varias sesiones, explica.
Ambas coinciden en que el impacto de la alopecia areata en los pacientes y en su calidad de vida es importante. “Como la mayoría de los tipos de alopecia, produce una sensación muy grande de inseguridad en los pacientes, afectando a sus actividades de la vida diaria y a su relación con otras personas”, explica la doctora Montero. Para las mujeres, por ejemplo, añade la doctora Monteagudo, “el pelo tiene gran importancia y en la fase de caída, este tipo de alopecia genera una gran ansiedad a casi todas las pacientes”, y matiza que otra zona de alto impacto son las cejas y, en los varones, la barba.