- El Hospital Ribera Povisa cuenta con un servicio integral de reumatología para la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades reumáticas
Estas patologías afectan al aparato locomotor, incluyendo las articulaciones, músculos y huesos. La especialidad también trata enfermedades autoinmunes sistémicas.
El equipo de reumatólogos, formado por el doctor Jesús Juan Ibáñez y la doctora Marisol González, se refuerza ahora con la incorporación de los doctores Pablo Castro y Sara García, todos altamente especializados. Además, la unidad cuenta con Carmen Pazos, la enfermera gestora de casos, que es el primer punto de contacto para los pacientes, y se ocupa tanto de la coordinación como del seguimiento de sus citas.
Esta unidad ofrece atención tanto a pacientes con enfermedades crónicas como a aquellos con dolores agudos en las articulaciones o músculos. “Los casos más frecuentes que se reciben en consulta son enfermedades inflamatorias del aparato locomotor como la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, la artrosis, la espondilitis anquilosante”, explica el doctor Castro. “También se ven pacientes con osteoporosis, tanto primaria (que es la más frecuente en las mujeres tras la menopausia) como secundaria a otro tipo de trastornos”.
Los reumatólogos trabajan en estrecha colaboración con otras especialidades del hospital Ribera Povisa como fisioterapia, traumatología y neurología para garantizar una atención integral. Este enfoque permite tratar las enfermedades reumáticas de manera global, abordando tanto los síntomas físicos como las posibles complicaciones asociadas. La integración en un gran hospital con una amplia cartera de servicios permite realizar interconsultas con otros expertos de manera ágil y eficiente.
Pacientes de todas las edades
El equipo también se ocupa de enfermedades autoinmunes sistémicas, como el lupus eritematoso sistémico, vasculitis, esclerodermia, miopatías inflamatorias, etc. Estas enfermedades afectan a diversos órganos y sistemas del cuerpo, y pueden tener un curso variable y complejo.
En contra de la idea popular de que “el reuma es cosa de gente mayor”, los especialistas atienden a pacientes de todas las edades. “La reumatología abarca un rango de edad muy variable. Es cierto que, aunque las patologías afectan a ambos sexos, es algo más frecuente en mujeres. Sin embargo, al tratarse, en muchos casos, de dolencias crónicas, el inicio de las enfermedades puede darse a cualquier edad”, señala el doctor Ibáñez.
“Aunque las patologías que tratamos afectan a ambos sexos, es algo más frecuente en mujeres. Y al ser dolencias crónicas, el inicio de las enfermedades puede darse a cualquier edad”
La detección precoz es fundamental en el manejo de las enfermedades reumáticas crónicas, por eso no debe retrasarse las consultas ante sintomatología sospechosa. Un diagnóstico temprano, seguido de un tratamiento adecuado, puede prevenir daños irreversibles y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Los síntomas que pueden llevar a un paciente a la consulta del reumatólogo son muy diversos. “Los más habituales son la sensación de rigidez persistente en las articulaciones por las mañanas o tras un reposo prolongado; inflamación o aumento de tamaño de alguna articulación sin ser consecuencia de un traumatismo; dolor lumbar que empeora con el reposo; o fracturas por traumatismos de bajo impacto, por ejemplo”, enumera la doctora González.
Con las últimas tecnologías diagnósticas y terapeutas, los especialistas de Ribera Povisa ayudarán a cada paciente con enfoque personalizado y con el seguimiento individualizado de la enfermera gestora de casos que organizará las citas y coordinará las posibles derivaciones a otras especialidades en caso de ser necesario.
La artritis reumatoide
Aunque se tiene la idea de que es una enfermedad de personas mayores, en realidad muchas mujeres jóvenes sufren de artritis reumatoide. Según la Encuesta sobre impacto y control de esta enfermedad en España (2020), elaborada por la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis), el 89,9% de los pacientes son mujeres, con una edad media de 51 años.
Los principales síntomas de la artritis reumatoide son dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de la movilidad articular, que perjudica especialmente a las articulaciones periféricas de las manos y los pies, así como muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas. Si la inflamación no se controla puede dificultar la realización las tareas de la vida cotidiana y un consiguiente deterioro de la calidad de vida.
“Su origen y sus causas aún son desconocidas. Influyen muchos factores, tanto genéticos como ambientales, o incluso hábitos de vida. Pero cada vez se está haciendo más estudios para entender el papel de las hormonas en todos estos procesos”, explica el doctor Castro.
Si bien se trata de una enfermedad crónica, es decir, que no se cura, sino que se trata, los diagnósticos precoces y la evolución de los tratamientos, más eficaces, han conseguido mejorar la calidad de vida de las pacientes.