El sueño es una parte fundamental de nuestra vida. Es el momento en el que nuestro cuerpo y mente se regeneran y se preparan para enfrentar un nuevo día. Sin embargo, para muchas personas, dormir bien puede convertirse en un desafío, afectando no solo su rendimiento diario, sino también, a largo plazo, a su salud.
Estudios e investigaciones en todo el mundo relacionan ya los trastornos del sueño con diferentes patologías como las cardiovasculares, la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas como la demencia y el Alzheimer.
Problemas de sueño más comunes
Entre los problemas de sueño más habituales destacan el insomnio, la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas y los trastornos del ritmo circadiano. Estos trastornos pueden tener diferentes causas, que van desde el estrés y la ansiedad hasta condiciones médicas subyacentes. Desde el Servicio de Neurología del Hospital Universitario de Torrejón aseguran que “cualquier trastorno del sueño que afecta a la calidad del mismo puede relacionarse con esas enfermedades”.
Consecuencias de una mala higiene del sueño
La falta de sueño puede tener un impacto significativo en tu salud física y mental. A corto plazo, puede afectar a la capacidad para concentrarse, al estado de ánimo y al rendimiento en el trabajo o en la escuela. A largo plazo, puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y la obesidad, y también patologías de tipo neurológico, como las antes mencionadas. Además, puede debilitar el sistema inmunológico, haciendo a la persona más susceptible a enfermedades.
Sueño y Alzheimer
“La hipótesis que mantiene que la mala calidad del sueño puede provocar Alzheimer está basada en que durante el sueño profundo se produce la limpieza de beta-amiloide, una proteína que se acumula en el cerebro de las personas con Alzheimer”, introduce la doctora Pilar Alcántara, médica especialista en Neurología del Hospital Universitario de Torrejón. “Cuando hablamos de mala calidad del sueño nos referimos a dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormido o experimentar un sueño fragmentado”, explica. Además, destaca la importancia del diagnóstico y el tratamiento de trastornos como la apnea del sueño o el insomnio crónico y persistente a lo largo de los años, ya que “se asocian a un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia”.
Estado de ánimo y salud mental
La falta de descanso nocturno de calidad se puede identificar a corto plazo con diferentes alteraciones que interfieren en las capacidades cognitivas y conductas para enfrentar el día a día. “Aparecen dificultades para mantener la concentración en una tarea, leer y retener información”, explica la doctora. “Desde el punto de vista de la conducta, se produce un aumento de la impulsividad, tomando decisiones inapropiadas y optando por comidas más grasas y calóricas. También se altera el procesamiento emocional, aumentando la irritabilidad, percibiendo la realidad de forma negativa o amenazante”, advierte Alcántara. Además, “afecta a la coordinación motora, pudiendo triplicar el riesgo de accidentes cuando se mantiene un sueño por debajo de cinco horas”.
Todas estas alteraciones a corto y a largo plazo pueden ser reversibles, si se consigue mejorar la calidad e higiene del sueño y los hábitos de vida. Para ello, es aconsejable acudir a un especialista en sueño o a una Unidad del sueño, como la del hospital Ribera Polusa, también del grupo sanitario Ribera. También se recomienda asistir a talleres y formaciones prácticas como la Escuela de Neurología, totalmente gratuita y abierta a todos los públicos, del Hospital Universitario de Torrejón, donde se explica la importancia de mantener una buena calidad del sueño para cuidar la salud neurológica, dando diferentes herramientas y medidas beneficiosas que pueden ayudar a mantener una calidad del sueño óptima y una correcta higiene del sueño.
Cómo saber si tienes un problema de sueño
Es importante prestar atención a las señales que tu cuerpo te envía. Si te cuesta conciliar el sueño, te despiertas frecuentemente durante la noche o te sientes cansado durante el día, es posible que estés experimentando un problema de sueño. Otros síntomas pueden incluir dificultad para concentrarte, cambios de humor y dolores de cabeza matutinos.
Desde el servicio de Neurología definen como buena calidad del sueño cuando nos quedamos dormidos en menos de 30 minutos, no nos despertamos más de una vez durante el sueño ni nos cuesta volver a dormir. “Eso implicaría que se ha pasado con normalidad por todas las fases del sueño, al menos durante cuatro o seis ciclos cada noche”, argumenta. Explica que, durante las primeras horas de sueño predomina el sueño profundo de ondas lentas, mientras que en la segunda parte predomina el sueño REM. “Por ese motivo, si se reducen las horas de sueño se acabará reduciendo de manera desproporcionada la gran mayoría del sueño REM que se produce al final de la noche”, añade.
Pautas para una buena higiene del sueño
- Establece una rutina: Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
- Crea un ambiente propicio para dormir: Mantén tu habitación oscura, fresca y silenciosa.
- Limita la cafeína y la nicotina: Evita consumir estas sustancias antes de acostarte, ya que pueden dificultar conciliar el sueño.
- Haz ejercicio regularmente: El ejercicio regular puede ayudarte a dormir mejor, pero evita hacerlo justo antes de ir a la cama.
- Limita las siestas: Si decides tomar una siesta, asegúrate de que no sea demasiado larga y que no interfiera con tu horario de sueño nocturno.
Aprende a dormir bien. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.