Sumergidos de lleno en agosto y sus altas temperaturas, más de una vez habrás escuchado la temida frase “¡Cuidado! ¡A ver si te va a dar un golpe de calor!”, ¿verdad? Algo totalmente cierto en este momento del año. Estamos en época estival, altas temperaturas y, por ello, hay que prevenir cualquier tipo de situación que ponga en riesgo nuestro organismo.
Pero ahora bien, ¿qué es un golpe de calor? Esta es una enfermedad multisistémica, que afecta a diferentes órganos de nuestro cuerpo, y ocurre cuando la temperatura corporal no puede regularse por sí misma en un entorno de excesivo calor como, por ejemplo, a través del sudor o la respiración. Nuestro cuerpo se deshidrata por la subida de la temperatura corporal y, generalmente, se debe a una exposición prolongada al sol, al exceso de calor o a la realización de actividades con esfuerzo físico en las horas centrales del día.
Esta es, sin ninguna duda, una de las situaciones más graves que puede provocar la exposición a altas temperaturas. Aunque en la mayoría de los casos, el golpe de calor se produce de forma súbita existen algunos síntomas para detectarlo, como la somnolencia o la debilidad. Además de ellos, también encontramos otros signos:
- Aumento del calor en la piel hasta los 41º.
- Dolor intenso de cabeza.
- Calambres.
- Dolores musculares.
- Mareos.
- Pulso acelerado.
- Sed intensa.
“Lo importante es prevenir”, asegura Blas Giménez, jefe de Servicio de Urgencias de Ribera Salud en el Hospital Universitario del Vinalopó. Por ello, es esencial evitar ejercicio intenso en momentos donde el calor sea persistente. Y aunque todos estamos deseando disfrutar de nuestras vacaciones en playas y piscinas, es importante también evitar las horas donde el sol está más alto -entre las 12h y 16h de la tarde-, sobre todo con lo más pequeños de la casa y los ancianos.
Profesionales sanitarios de Ribera Salud aseguran que una buena hidratación es clave para evitar esta patología. La sudoración conlleva la pérdida de líquidos de nuestro organismo, por lo que “es vital una buena hidratación, beber líquidos e isotónicos, en momentos donde la radiación solar sea constante”.
¿Cómo debemos actuar ante un golpe de calor? Principalmente, hay que acudir a un especialista que valore la situación y examine al paciente. No obstante, se puede tratar de minimizar los síntomas con otras actuaciones. Trasladar a la persona a un lugar fresco y con sombra, que pueda sentarse y respirar de forma adecuada; beber agua fresca, que permita bajar la temperatura corporal e hidratarse de nuevo y quitarle algo de ropa mientas le damos aire, son algunas de las cosas que nos ayudarán a que la persona mejore antes de que un profesional sanitario la diagnostique.
Y ante la situación que estamos viviendo, provocada por el Covid19, son muchos lo que se preguntan si el uso de la mascarilla puede propiciar golpes de calor. La respuesta es claramente negativa. La mascarilla no debe considerarse un factor de riesgo, ni mucho menos una causa de sufrir un golpe de calor, ya que como hemos comentado anteriormente, los golpes de calor son consecuencia de la sobreexposición a temperaturas elevadas o excesivo esfuerzo físico con temperaturas altas. No debes olvidar que el uso de mascarilla es obligatorio como medida de prevención e higiene.