¿Es mejor cubrir o dejar al aire una quemadura mientras se cura?

Las quemaduras son lesiones en los tejidos, causadas por el calor, la electricidad, productos químicos, la fricción o la radiación. En la entrada al blog de salud del grupo sanitario Ribera, hoy nos centraremos en las quemaduras provocadas por el fuego, petardos y planchas, en el contexto de la noche de San Juan, que está muy cerca. Vamos a explicar, de la mano de los profesionales del grupo Ribera, los efectos de las quemaduras sobre la piel, y diferenciaremos los tipos de quemaduras, en función del origen de la lesión. Además, los profesionales de Ribera nos explicarán si es mejor cubrir o dejar al aire una quemadura mientras se cura.

Los grados, en las quemaduras

Antes de profundizar en los efectos específicos de cada tipo de lesión, es esencial entender los diferentes grados de quemaduras, ya que la gravedad de la lesión varía significativamente:

  • Quemaduras de primer grado: afectan solo la capa más externa de la piel (epidermis). Se caracterizan por enrojecimiento, dolor y una ligera hinchazón. Un ejemplo común es la quemadura solar leve.
  • Quemaduras de segundo grado: afectan tanto la epidermis como la dermis (la segunda capa de la piel). Estas quemaduras causan enrojecimiento, dolor intenso, ampollas y posible hinchazón.
  • Quemaduras de tercer grado: destruyen las dos capas superiores de la piel y pueden afectar los tejidos más profundos. La piel puede aparecer blanca, carbonizada o cuero. Estas quemaduras pueden no ser dolorosas inicialmente debido al daño que se produce en los nervios.

Tipos de quemaduras, según origen

  • Quemaduras por fuego: son unas de las más comunes y pueden ser extremadamente peligrosas. El contacto directo con llamas o superficies calientes puede causar quemaduras de primer, segundo o tercer grado, dependiendo de la intensidad y duración del contacto.
    • Efectos en la piel: las quemaduras por fuego pueden causar enrojecimiento, ampollas, hinchazón, dolor extremo y, en casos severos, destrucción de tejidos. Las quemaduras de tercer grado pueden dejar cicatrices permanentes y requieren atención médica inmediata.
  • Quemaduras por petardos: son comunes durante festividades y celebraciones. Estas quemaduras resultan de la explosión de fuegos artificiales, que combinan el calor, la presión y a veces sustancias químicas.
    • Efectos en la piel: además de quemaduras térmicas, los petardos pueden causar quemaduras químicas y heridas por explosión. La piel puede presentar enrojecimiento, ampollas y, en casos graves, quemaduras profundas y desgarros. La contaminación por productos químicos también puede complicar la curación y causar infecciones.
  • Quemaduras por plancha: suelen ocurrir en el hogar, durante el planchado de ropa. Estas quemaduras generalmente afectan la piel por contacto directo con la superficie caliente de la plancha.
    • Efectos en la piel: las quemaduras por plancha son típicamente de primer o segundo grado, causando enrojecimiento, dolor y ampollas. Aunque raramente causan quemaduras de tercer grado, si el contacto es prolongado, el daño puede ser significativo.

Quemadura tapada o al aire

Mientras la quemadura no se cubra con nueva piel, es mejor mantener la zona afectada cubierta, para protegerla de infecciones y permitir que la pomada o el tratamiento impregne y realice su función.

Cura rápida de una quemadura

Para quemaduras no graves, los especialistas recomiendan refrescar la zona quemada con agua en abundancia (durante 20-30 minutos). Esto ayuda a evitar que se siga quemando y disminuye el dolor y la inflamación. 

A continuación, aconsejan envolver la lesión con gasas o paños limpios, humedecidos en agua. El vendaje siempre ha de colocarse flojo.

Siempre es conveniente tener en el botiquín de casa una pomada con sulfadiazina de plata.

Qué NO hacer en caso de quemadura

Lo que no se debe hacer en ningún caso es aplicar pasta dentífrica, hielo o remedios caseros sobre la quemadura. Únicamente se recomienda el lavado con agua y poner la pomada anteriormente descrita. 

Tampoco se deben romper las ampollas, pues el líquido que contienen protege de la posible infección y al romperlas, abrimos una puerta para la entrada de gérmenes. Y no hay que despegar la ropa o cualquier otro elemento que esté pegado a la piel, para no dañar los tejidos.

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