El Departamento de Salud de La Ribera recomienda disfrutar de las comidas navideñas con moderación. En este sentido, recuerda que para disfrutar de la Navidad, una fiesta que tradicionalmente se celebra alrededor de la mesa, no es necesario comer más de lo que se hace habitualmente.
En este sentido, la jefa del Servicio de Nutrición y Dietética del Hospital de La Ribera, Dra. Pilar Luna, ha destacado que “comer bien y equilibradamente y descubrir el placer de cuidarse es algo a lo que no hay que renunciar ni siquiera en Navidad”.
Así, “es fundamental la recuperación de la dieta mediterránea como patrón de comida idóneo y comer con moderación de todo, aprovechando, durante todo el año las frutas y verduras de temporada y sin renunciar a la energía que prefiere nuestro organismo: la que proviene de los arroces, las pastas, las legumbres y el pan: alimento éste que nos ayuda a regular la dieta, aumentando los nutrientes que proporcionan energía y bajando las grasas, responsables de las principales causas de enfermedad y mortalidad”.
Entre los consejos concretos para mantener una alimentación equilibrada en Navidad, la Dra. Luna recomienda “fijar con antelación los días que van a ser festejados con un menú especial, para evitar pasar todas las fiestas comiendo y bebiendo en exceso, y no acudir a las comidas o cenas en ayunas, ya que, de esta forma, resulta más fácil controlar el apetito”.
Asimismo, hay que tener en cuenta que el alcohol, los dulces y los frutos secos contienen una elevada cantidad de calorías. “Es conveniente preparar los dulces y los turrones en trozos pequeños en la cocina y sacar la cantidad justa a la mesa y, en cuanto al alcohol, se puede tomar algo de vino en las comidas y evitar mezclar diferentes tipos de bebidas”.
Para los postres, el Departamento de Salud de La Ribera recomienda las frutas naturales y, en caso de los dulces, los tradicionales mediterráneos procedentes de la herencia árabe (turrón, mazapán), “que son más ricos en grasas poli-insaturadas que los que proceden de la pastelería europea, pero siempre en cantidades pequeñas”.
En caso de realizar una comida copiosa, se recomienda realizar una cena ligera, basada en caldo de verduras, fruta y algún lácteo. “Comenzar la comida con un alimento amargo, como la endivia, el pomelo o la escarola, y terminarla con una infusión, facilita la digestión”, ha señalado la Dra. Luna, quien ha recordado que, “hay que tener en cuenta que si se aumenta la cantidad de lo que se come, hay que aumentar también el ejercicio físico que se realiza, por lo que es importante reservar tiempo estas fiestas para caminar 1 o 2 horas al día”.
Personas mayores
Del mismo modo, junto al Servicio de Nutrición y Dietética, el Servicio de Geriatría del Hospital de La Ribera también recomienda adecuar las comidas navideñas a las personas mayores, especialmente dependientes, con el fin de facilitarles la masticación / deglución.
Así, es importante elaborar menús con texturas diferentes, cuidando la presentación para que resulte atractiva. Del mismo modo, se recomienda recuperar los platos tradicionales que, “además de ser más saludables y económicos, resultan familiares al paladar de los más mayores, al tiempo que contribuye a que los más jóvenes los conozcan”.
Se aconseja recurrir al foié, al hígado o a los moluscos, por su excelente aporte en hierro, así como a los lácteos, por su contenido en calcio. En el caso de personas que deban mantener una dieta con restricción de sal, se recomienda recurrir al pan realizado con levadura natural.
En el caso de los primeros platos, es recomendable un único plato que asegure fuentes proteicas como, por ejemplo, un puré de zanahoria con carne o una sopa de pescado. Para los segundos, se recomienda elegir pescados con cartílago (raya, rape), para impedir que las espinas pasen desapercibidas, evitando, de esta forma, problemas en la deglución.
En este sentido, el Departamento de Salud de La Ribera recuerda la importancia de integrar a los mayores en las celebraciones y de compartir con ellos sus recuerdos. “Recordar la dieta que ellos tenían y la actividad física que realizaban y compararla con la realizada hoy en día, puede ayudar a disminuir los errores actuales, aumentar el ejercicio y a trabajar la memoria, por lo que tanto los mayores como los más jóvenes pueden mejorar su salud”.