- ¿Fiebre? ¿escalofríos? ¿dolor de cabeza? ¿congestión nasal? ¿molestias de garganta? Seguro que ya sabes que estamos hablando de la gripe. El otoño y el invierno son las estaciones de la gripe, una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias causada por un virus. Entre sus características más importantes está su elevada capacidad de transmisión de una persona a otra. En esta entrada te contamos, con ayuda de especialistas del grupo Ribera Salud, cómo se manifiesta el virus de la gripe, las vías de contagio, los principales grupos de riesgo y los posibles tratamientos.
¿Qué es la gripe?
La gripe es un importante problema de salud, tanto por la mortalidad que puede provocar directa o indirectamente, como por las complicaciones que puede ocasionar. La proporción de población afectada durante las epidemias oscila entre el 5 y 15% en poblaciones grandes, y es superior al 50% en grupos de población cerrados como internados escolares o residencias de ancianos.
El virus causante de la gripe tiene una elevada capacidad de sufrir variaciones que implican la aparición de nuevos virus gripales, frente a los que el ser humano no tiene protección. Actualmente existen vacunas antigripales con una alta efectividad y seguridad para controlar la gripe que deben actualizarse cada nueva temporada y administrarse anualmente.
¿Cómo se contagia la gripe?
La fuente de la infección está constituida por las personas enfermas. La transmisión se produce fundamentalmente por vía aérea mediante gotitas que son originadas al hablar, toser o estornudar por la persona enferma y que alcanzan a una persona sin gripe pero capaz de padecerla.
El virus entra en la nariz, garganta o pulmones de una persona y comienza a multiplicarse causando los síntomas de la gripe. También puede transmitirse, con mucha menos frecuencia, por contacto directo, por ejemplo cuando una persona toca una superficie que contiene virus de la gripe –por ejemplo la mano de un enfermo- y posteriormente se toca su nariz o su boca.
Las personas enfermas son capaces de transmitir la enfermedad desde un día antes del comienzo de los síntomas hasta unos 3 a 7 días después del comienzo de la enfermedad. Los niños pueden transmitir la gripe incluso durante más de 7 días tras el comienzo de los síntomas
Síntomas
El cuadro clínico inicial típico suele comenzar de forma brusca con fiebre y escalofríos, acompañados de dolor de cabeza, congestión nasal, molestias de garganta, malestar general, dolores musculares, pérdida de apetito y tos seca. La fiebre y los dolores musculares suelen durar de 3 a 5 días y la congestión y la falta de energía puede durar hasta 2 semanas.
Algunos síntomas de la gripe son comunes a todas las edades, sin embargo otros son más específicos de determinados grupos de edad. Por ejemplo, en ancianos es frecuente la aparición de dificultad respiratoria o la producción de esputo, mientras que en niños son síntomas frecuentes la otitis media, las convulsiones y las molestias abdominales.
La mayoría de las personas se recuperan en una o dos semanas, pero en algunos casos pueden desarrollarse complicaciones. La gripe puede revestir más gravedad en personas mayores, sobre todo a partir de los 65 años y en personas que padecen enfermedades crónicas. Las complicaciones de la gripe son predominantemente respiratorias: neumonías, bronquitis, sinusitis u otitis. Puede haber también deshidratación y empeoramiento de enfermedades crónicas preexistentes como diabetes, asma o problemas cardiacos.
La mejor arma, la vacunación
Los grupos de riesgo en los que está indicada la vacunación contra la gripe son, en líneas generales:
- las personas mayores de 59 años
- Aquéllas que por su condición clínica especial (enfermedades cardiorrespiratorias y enfermedades metabólicas crónicas, como diabetes u obesidad mórbida) tienen un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe o descompensaciones
- Personas que conviven o atienden a enfermos crónicos
- Mujeres embarazadas
- Trabajadores de centros sanitarios, servicios especiales y avícolas, entre otros.
¿Sirven los antibióticos para curar la gripe?
La gripe está causada por un virus, así que los antibióticos NO mejoran los síntomas ni aceleran la curación (pues están indicados para tratar bacterias, no virus). El mejor tratamiento es “pasar la gripe”, lo que significa que hoy por hoy no tiene curación.
Aun así, existen algunos fármacos antivirales (no antibióticos) y remedios de origen natural que pueden reducir la intensidad de los episodios.
Las recomendaciones médicas resultan muy familiares: permanecer en cama y reposar, beber mucho líquido (zumos y caldos) y recurrir a los antitérmicos, analgésicos y antipiréticos para rebajar los síntomas.
Y sobre todo, prevenir y vacunarse en caso que se encuentre dentro de un grupo de riesgo antes mencionado.