El vértigo es una sensación de movimiento incontrolable que, a veces, puede confundirse con un mareo. Sin embargo, no es lo mismo. Con un mareo, predomina la sensación de pérdida de equilibrio o inestabilidad, mientras que, con el vértigo, la sensación es parecida a estar en una atracción en la que nosotros estamos fijos en un punto, pero todo gira a nuestro alrededor, aunque sin duda tienen mucho en común.
El vértigo posicional paroxístico benigno es el vértigo periférico más frecuente y está causado por un problema en el oído interno, tal y como explican los especialistas del Hospital Universitario de Torrejón, gestionado por el grupo sanitario Ribera. Puede sufrirlo cualquier persona, aparece de repente y suele ser muy incapacitante, porque hace muy difícil que una persona pueda llevar una vida, por lo que se recomienda acudir, lo antes posible, a un especialista. Además, pueden durar segundos, minutos, horas o incluso días e ir acompañadas de náuseas
Cómo diagnosticar el vértigo
El Hospital Ribera Povisa cuenta con profesionales en su Servicio de Otorrinolaringología, expertos en tratamientos del vértigo. “En la consulta, tratamos de delimitar el origen vestibular del proceso. Para ello, además de la anamnesis y la exploración clínica dirigida, nos apoyamos en una videonistagmografía (análisis de los movimientos oculares a determinados estímulos) y de los VEMPs (potenciales vestibulares miogénicos evocados)”, explican. En el Hospital de Torrejón, por ejemplo, se suele recurrir a la Maniobra de Dix Hallpike, que consiste en realizar una serie de movimientos en la cabeza del paciente para intentar desencadenar el vértigo, y así diagnosticarlo”.
La doctora Paloma Pinacho Martínez, médico especialista del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario de Torrejón, explica que “los canales semicirculares del oído interno están llenos de líquido, y cuando uno se mueve, el líquido se desplaza dentro de estos tubos. Los canales son muy sensibles a cualquier movimiento del líquido y son estos los que le indican al cerebro la posición del cuerpo, y ayudan a mantener el equilibrio”. El vértigo posicional paroxístico benigno se presenta, añade la doctora Pinacho, cuando “pequeños pedazos de calcio similares a hueso se desprenden y flotan dentro del tubo. Esto envía al cerebro mensajes confusos sobre la posición del cuerpo”. Y es cuando aparecen los vértigos.
Tratamiento del vértigo
La doctora Pinacho explica que en el mismo momento de la consulta “se puede realizar una maniobra de recolocación curativa (la maniobra de Epley es la más utilizada)”. En el caso de que la maniobra de provocación sea negativa y el paciente siga presentando vértigo a pesar de la maniobra de recolocación, o no se pueda realizar una maniobra de recolocación por condiciones del paciente, “el tratamiento consistirá en unos ejercicios que deberá realizar en su casa todos los días durante 2 semanas, las conocidas como maniobras de Brandt Daroff”.
Los pacientes que han sufrido algún vértigo posicional paroxístico benigno son más propensos a presentar nuevos episodios. Por eso, explica la especialista del Hospital de Torrejón, si ya hemos sufrido un episodio de vértigo previo, debemos evitar los movimientos bruscos de la cabeza en los días posteriores a la maniobra de recolocación, intentar dormir con el cabecero de la cama elevado y del lado opuesto al lado que nos produce el vértigo.
Además, hay tratamientos conservadores, que implican el uso de diferentes fármacos y tras los que más del 70% de los casos suelen mejorar. Si este no funciona, los especialistas recurren a otro tipo de tratamientos, bien con antibiótico inyectado a través del tímpano o, incluso, quirúrgico.
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